WASHINGTON. Los abogados del estado, controlado por los demócratas, presentaron el recurso ante un tribunal federal en Honolulu al que pidieron una suspensión temporal de la medida aprobada este lunes por el presidente, Donald Trump, antes de que entre en vigor el próximo 16 de marzo.

"Todos queremos seguridad en nuestro país. Pero discriminar a personas por su nacionalidad o religión es un oscuro camino que nunca debemos recorrer. La nueva orden no arregla los defectos de la primera", dijo en un comunicado el fiscal general de Hawai, Douglas Chin.

Hawai alega que los cambios introducidos por Trump al primer veto bloqueado por los tribunales a principios de febrero no modifican el fondo de la medida, que a su juicio sigue siendo inconstitucional.

Otros estados demócratas que se querellaron con éxito contra el primer veto de Trump, como Washington y Minesota, aún estudian el texto revisado ya que temen que los cambios hayan logrado su propósito de eludir la acción judicial.

El nuevo veto migratorio suspende durante 120 días el programa de acogida a refugiados y durante 90 la entrada de ciudadanos procedentes de Irán, Somalia, Sudán, Siria, Yemen y Libia, al considerarlos que presentan riesgo por terrorismo.

A diferencia de la primera, la medida deja fuera a los ciudadanos de Irak y a los que ya gozan de residencia permanente en EE.UU.

Elimina además la prohibición permanente a los refugiados de Siria y la excepción al veto que se había hecho con los sirios cristianos.

La orden ejecutiva firmada por el presidente también reduce de 110.000 a 50.000 el número de refugiados que Estados Unidos recibirá este 2017.