Washington - Jared Kushner, el asesor y yerno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también se reunió con el embajador ruso en Washington, Sergei Kislyak, aunque en su caso lo hizo durante el periodo de transición, una vez el empresario neoyorquino ya había ganado las elecciones. La Casa Blanca confirmó ayer el encuentro entre Kushner y Kyslyak, que ocurrió durante el mes de diciembre en la Torre Trump de Manhattan en el marco de una procesión de empresarios, embajadores, políticos, celebridades e incluso mandatarios por las oficinas del entonces presidente electo.

Kushner, el marido de Ivanka Trump, participó del encuentro que tenía como objetivo “establecer una línea de comunicación” entre el Kremlin y los nuevos inquilinos de la Casa Blanca como invitado del dimitido asesor de seguridad nacional de Trump, el general Michael Flynn, que era el que tenía el contacto con Kislyak.

A diferencia de los escándalos que estallaron con Flynn y con el fiscal general, Jeff Sessions, por reunirse con Kislyak durante la campaña, en medio de una tormenta política por la presunta injerencia del Kremlin en los comicios, el encuentro con Kushner sucedió una vez elegido presidente Trump.

Flynn dimitió hace unas semanas después de que se filtrara que mintió a altos cargos de la Casa Blanca sobre el contenido de sus reuniones con Kislyak, mientras que Sessions anunció el jueves que se inhibe de las investigaciones que su departamento, el de Justicia, lidera sobre la injerencia de Rusia en los comicios y los nexos entre la campaña de Trump y el Kremlin.

la foto de Schumer y Putin Para contrarrestar estas informaciones, Donald Trump, abogó ayer por una “investigación inmediata” de los lazos del líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, con Rusia y el jefe del Kremlin, Vladimir Putin. En un mensaje en su cuenta personal de Twitter, Trump hizo esa petición acompañada de una foto en la que aparecen juntos Putin y Schumer, a quien tildó de “hipócrita total”.

Por otro lado, Trump denunció la filtración que permitió al diario The Washington Post publicar la información de los contactos de Sessions con el embajador ruso y dijo que se trata de una “caza de brujas” contra su Gobierno. Lo curioso es que horas antes, el propio ministro de Exteriores ruso había señalado que el escándalo en Estados Unidos por los contactos del embajador ruso en Washington, Serguéi Kislyak, con miembros de la campaña electoral de Donald Trump “se parece mucho a una caza de brujas”. “No puedo no repetir la cita que difundieron medios informativos: todo esto se parece mucho a una caza de brujas. O a los tiempos del macartismo, que creíamos que en Estados Unidos, como país civilizado, era asunto del pasado”, dijo Lavrov en una rueda de prensa conjunta con su homólogo salvadoreño, Hugo Martínez.

El canciller ruso recalcó que los embajadores son designados para mantener las relaciones entre los Estados, y que éstas “se mantienen mediante reuniones, conversaciones con representantes del Ejecutivo, parlamentarios, personalidades y organizaciones no gubernamentales”. Agregó que esta práctica diplomática “nunca nadie la ha cuestionado”. “¿De qué acusan al embajador Kislyak y a su interlocutores? De que nuestro embajador mantenía contactos con políticos estadounidenses que estaban en la oposición a la Administración de (Barack) Obama”, dijo Lavrov. Subrayó que en Moscú no quieren ni van a “copiar como monos” este enfoque estadounidense y advirtió de que de aplicarse ese mismo criterio al embajador de Washington en Moscú, John Tefft, sería una “historia divertida”.

los correos de Pence A Trump se le abría ayer otra crisis, ya que el vicepresidente, Mike Pence, utilizó con frecuencia su cuenta personal de correo electrónico para tratar asuntos sensibles y de seguridad nacional relacionados con su cargo como gobernador de Indiana, informó el periódico local The Indianapolis Star. Este rotativo tuvo acceso a 29 páginas de correos enviados por Pence desde su cuenta personal en los que se comunicaba con altos asesores sobre asuntos que iban desde la seguridad en la residencia de gobernador hasta ataques terroristas.

La oficina en Washington de Pence defendió que el vicepresidente “cumplió con la ley de Indiana sobre el uso del correo” y que los correos enviados desde su cuenta personal quedaron registrados en los archivos públicos, por lo que no fue un conducto irregular. Además, un portavoz, Marc Lotter, dijo que cualquier comparación con Clinton resulta “absurda”, ya que nada de lo que trató Pence en sus correos como gobernador era información federal clasificada. - Efe