Pyongyang - El primer plan quinquenal de reformas aprobado tras la llegada al poder de Kim Jong-un en Corea del Norte finaliza este año tras impulsar aparentemente el crecimiento económico y el desarrollo de sectores como el ocio, la construcción o incluso la agricultura.

Pyongyang, donde estos días se ven en las calles carteles y eslóganes que animan a rematar los progresos de este programa aprobado en 2012, es sin duda el mejor escaparate para dar fe de estos avances ante la ausencia de cifras al respecto. La profusión de paneles solares, la flamante avenida de rascacielos Mirae o el nuevo Centro de Ciencia y Tecnología, con sus 3.000 ordenadores para su uso por los habitantes de la capital, parecen certificar las estimaciones de los expertos.

Pese a que vive condicionada por las sanciones cada vez más severas de la ONU y a que su escala sería aún 40 veces menor que la de su vecino del Sur, se cree que la economía de Corea del Norte viene creciendo en el último lustro a un ritmo anual del 1-1,5 %. Con Kim Jong-un se han multiplicado los hoteles, los taxis o los carteles luminosos, así como el número de ciudadanos que posee un smartphone o que acude a los nuevos centros recreativos de la capital norcoreana. De este modo, la ciudad recuerda cada día menos al Pyongyang de estilo más soviético gobernado por su abuelo y su padre, en el que solo parecía aumentar cada día el número de grandilocuentes monumentos en honor de los líderes o el partido.

La clave de esta modernización económica, señalan los expertos, podría residir en un aperturismo muy tímido, que aún estaría a años luz de las reformas que emprendieron China o Vietnam, hacia la economía de mercado. “Lo más importante ha sido la formalización y legalización de prácticas que se realizaban desde hacía tiempo, como diferentes tipos de empresa privada o el comercio libre de alimentos y otros bienes”, asegura a Efe Benjamin Katzeff Silberstein, investigador de la Universidad de Pensilvania.

asesinato de kim jong-nam Por otra parte, la Policía de Malasia ha detenido a un cuarto sospechoso de participar en la muerte de Kim Jong-nam, el hermano mayor del líder Corea del Norte, Kim Jong-un, y ha tensado la relación con el régimen norcoreano al condicionar la entrega del cadáver a la prueba de ADN.

La Policía detuvo el miércoles a la vietnamita Doan Thi Huong, de 29 años, según su pasaporte, y al día siguiente arrestó a la indonesia Siti Aishah, de 25. Ese mismo día también se produjo la detención de un malasio, al parecer, novio de la indonesia y quien no ha desempeñado un papel principal en el crimen. Las dos mujeres son sospechosas de envenenar a Kim Jong-nam en la terminal de salidas internacionales del aeropuerto de Kuala Lumpur, donde el norcoreano iba a tomar un vuelo de regreso a Macao. - A. Sánchez/Efe