la sospecha de que un niño de 12 años, un germano-iraquí nacido en Alemania, pudo radicalizarse hasta querer atentar contra el mercadillo navideño de su ciudad agrandó ayer la alarma en el país ante el poder de captación del yihadismo, sobre todo entre los menores. Este deseo, sin embargo, en Siria llegó a materializarse a manos una niña de siete años. La menor causó ayer al menos tres muertos y un herido en un atentado suicida perpetrado contra una comisaría de policía en el barrio de Al Midan, en el centro de Damasco, según dijo un testigo.

En el caso de Alemania, los indicios existentes de que un niño, y de esa edad, pudo siquiera planear un atentado “alarman a cualquiera”, admitió el portavoz del Gobierno, Steffen Seiebrt, según el cual lo correcto en esa situación es que la Fiscalía federal asuma la investigación de los hechos.

La circunstancia de que, a causa de su temprana edad, no se le pueda considerar penalmente responsable de sus actos, no implica que no se trate de un delito, según añadieron por su parte fuentes del Ministerio de Justicia germano.

La reacción del Gobierno de Angela Merkel siguió a las informaciones difundidas, en primer lugar, por el semanario Focus, acerca de dos intentos consecutivos de ese niño de atentar contra el popular mercadillo navideño de su ciudad, Ludwighafen (oeste).

El primer intento se produjo el pasado 26 de noviembre -el primer fin de semana de adviento, en el que abren estos tradicionales mercados y hay una gran afluencia de público-, pero el artefacto que había preparado no se prendió.

El 5 de diciembre, un paseante detectó una mochila sospechosa abandonada junto a un arbusto en las inmediaciones del ayuntamiento, entre el centro comercial y el mercadillo, dentro de la cual la Policía halló un tarro de cristal relleno de material explosivo.

Entonces, las fuerzas de seguridad informaron de que la sustancia explosiva era una mezcla entre fuegos artificiales y bengalas y, por tanto, inflamable.

Ni la Fiscalía federal ni las autoridades de Ludwigshafen dieron más detalles sobre la peligrosidad del artefacto o la identidad del niño. “Sólo podemos informar de que el menor está a buen recaudo y que no entraña ya peligro alguno”, declaró la alcaldesa de la ciudad, Eva Lohse, para declinar dar más informaciones, ya que el caso está sujeto a la investigación de la Fiscalía federal.

La comparecencia de la alcaldesa se produjo horas después de que el portavoz de la Fiscalía, Stefan Biehl, confirmara la apertura del sumario.

El mero hecho de que ese estamento haya asumido la investigación implica que se trata de un delito grave, como serían los planes de preparación de un ataque contra la seguridad del Estado, y además en fechas especialmente sensibles, como es Navidad.

Según Focus, el niño es un germano-iraquí “fuertemente radicalizado”, que fue captado o influido por Estado Islámico (EI), probablemente a través de Internet.

El director de la Fiscalía del distrito de Ludwigshafen, Hubert Ströber, señaló únicamente que el menor es nacido en esa misma ciudad y que ahí residía en el momento de los hechos.

el caso, en la fiscalía El caso fue trasladado desde su departamento a la Fiscalía federal, agregó Ströber, quien explicó que en ello se había tenido en cuenta el “entorno del niño”, de lo cual se informó asimismo a las autoridades tutelares de menores. Las informaciones sobre el caso son escasas, pero se producen en un momento de gran alarma en Alemania por sucesivos casos de menores radicalizados y de edades muy tempranas.

El más reciente es el de dos jóvenes, de 17 y de 15 años, detenidos hace unos días en el Land (estado) de Baden-Württemberg (sur), sospechosos de preparar atentados de trasfondo islámico. En las semanas anteriores habían sido detenidos otros dos muchachos de 16 años, en ambos casos refugiados y presuntamente reclutados por Estado Islámico por internet.

La lista de detenciones en circunstancias parecidas es larga, pero el caso más grave fue el de un refugiado afgano, de 17 años, que el pasado julio atacó con un hacha a varios pasajeros de un tren regional de Baviera y que acabó abatido por la Policía. Un fuerte revuelo causó, unos meses antes, el ataque de una muchacha germano-marroquí de 15 años que hirió de gravedad con un cuchillo a un policía en un control de rutina de la estación de tren de Hannover (norte).

en busca de ayuda En el caso de Siria, la responsable del atentado contra una comisaría de Policía en el barrio de Al Midan, en el centro de Damasco que causó ayer la muerte de tres personas y heridas a otra fue una niña de unos nueve años.

Un testigo del atentado señaló que el ataque fue perpetrado por una menor de siete años que llevaba un cinturón de explosivos: “La niña entró en la comisaría fingiendo que estaba perdida y detonó el cinturón”, indicó la fuente.

La agencia de noticias oficial siria, SANA, informó de un estallido en una comisaría de Al Midan, sin hablar de víctimas por el momento.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos destacó que, según informaciones preliminares, hubo muertos y heridos y subrayó que desconocía si el atentado había sido ejecutado con un artefacto explosivo o por un suicida con un cinturón bomba.

Por otra parte, el pasado domingo 9 de diciembre dos niñas de entre 7 y 8 años, según testigos, se hicieron estallar en un populoso mercado de la ciudad nigeriana de Maidiguri, un ataque en el que perdieron la vida al menos 3 personas mientras que otras 17 resultaron heridas. Las explosiones se registraron por la mañana en las inmediaciones del mercado, según medios nigerianos.

Esta ciudad, capital del estado de Borno, en el noreste del país, es uno de los objetivos habituales de la milicia fundamentalista islámica Boko Haram, grupo terrorista que recientemente ha emitido un comunicado en el que reconocía su adhesión al Estado Islámico. Los heridos fueron evacuados del lugar de los hechos y trasladados a hospitales de la zona.

Desde el inicio de sus acciones de terror en 2009, Boko Haram ha matado a más de 20.000 personas y ha provocado la huida de más de dos millones de personas. Los avances en la lucha contra la secta, que ha perdido a manos del Ejército nigeriano buena parte de los territorios que ocupaba, han llevado al grupo integrista a actuar con cada vez más frecuencia contra objetivos considerados “fáciles”, como mercados y otras aglomeraciones de civiles. - Efe/DNA