Roma - Los italianos votaron ayer en un referéndum sobre la reforma constitucional convocado por el Gobierno de Matteo Renzi, cuya continuidad depende del resultado de una consulta que puede afectar al futuro de la Unión Europea (UE). Y los primeros datos del recuento, al cierre de esta edición, avanzaban una victoria del no: una hora después del cierre de urnas -a las 23.00 horas-, 1.333.695 votos rechazaban la reforma frente a los 910.449 que la apoyaban, un 59% de noes frente a un 40% de síes. El Ministerio del Interior cifró la participación en torno al 68% de los 51 millones de italianos llamados a votar. Los primeros sondeos a pie de urna pronosticaban una victoria del no en una horquilla entre el 54 y el 58%.

El Ministerio tuvo que aclarar durante el día que la marca de los lápices distribuidos en los colegios electorales para que los votantes elijan su opción sobre las papeletas era imborrable. La precisión siguió a quejas registradas en algunas mesas, donde varios electores aseguraron que la señal hecha en las papeletas podía ser borrada fácilmente. La consulta preguntaba a los electores italianos sobre una reforma constitucional que prevé, entre otras cosas, acabar con el bicameralismo perfecto, convirtiendo al Senado en una cámara de representación regional sin capacidad para legislar y cuyos miembros no serán elegidos por voto popular, sino por designación de las autoridades. El Gobierno de Matteo Renzi (centroizquierda) considera esta una de sus reformas cruciales, tanto es así que el propio primer ministro ha vinculado su continuidad en el cargo al resultado del plebiscito, aunque posteriormente lamentó haberlo relacionado y ahora se plantea la incógnita de qué sucederá si el Ejecutivo pierde la consulta convocada por el primer ministro. Los últimos sondeos publicados sobre la intención de voto mostraban que el rechazo a la reforma constitucional se situaba en el 55% de los votos frente al 45% favorable. Pero estas encuestas también ponían de manifiesto que alrededor de una cuarta parte del electorado no sabía cuál sería su posición en el referéndum.

Gran parte de la atención internacional, especialmente la de los socios de la UE se centra en Italia por los temores sobre la inestabilidad que una eventual victoria del no pudiera ocasionar, al igual que ya ocurrió en junio pasado tras la decisión de los británicos de romper con los socios europeos. - Efe/DNA