Las recientes elecciones presidenciales de Bulgaria y Moldavia parecen haber sido prorrusas, pero un análisis más atento revela que fueron más bien “trumpistas” : los votantes de ambos países eligieron a los candidatos que mejor representaban la opción anti políticos profesionales.

Este rasgo, el haber sido presentados por los socialistas de sus respectivos países y la atribución de vínculos con el Kremlin es lo único que tiene en común Rumen Radev y el moldavo Igor Dodon.

Este último es en realidad un político profesional -es vicepresidente del Partido Socialista de Moldavia, la nación más pobre del Continente- si bien dio la batalla electoral despotricando contra la aproximación de Moldavia a la Unión Europea, en realidad no es más que un hombre de paja al servicio del oligarca Plahotniuc -el hombre más rico de la nación- que aboga por cualquier línea política, siempre que le incremente sus ganancia.

Últimamente había apoyado la orientación occidentalista del actual Gobierno moldavo.

El caso de Radev se diferencia poderosamente del de Dodon en que no sólo representaba la opción contraria a los politicastros -él mismo no hizo nunca política hasta ahora y se centró en su carrera militar (era general jefe de la Aviación búlgara) - sino que su enérgica la corrupción imperante en el país fue una de las razones principales de su victoria electoral.

También hay que destacar que mientras Dodon ponía una vela a la UE y otra a Rusia, Radev, que se graduó (1987) en la aún comunista Academia Militar del aire búlgara, tiene en su historial intensos contactos profesionales con la aviación estadounidense, ya que pasó varios años en la base aérea Maxwell. Fruto de sus experiencias y de su patriotismo fueron declaraciones en las que dijo “no existe alternativa para Bulgaria a un ingreso en la NATO y la UE” o la de que “?la eurofilia no tiene por qué significar forzosamente rusofobia?”

Por último, Radev, que ha insistido siempre que era un candidato independiente pese a haber sido presentada su candidatura por el Partido Socialista búlgaro, gozaba ante sus paisano de un doble prestigio : el que la mayoría de los búlgaros le conceden al estamento militar y el suyo personal, por la puntillosidad con que pretende respetar las normas. Así, dimitió de su cargo al asumir la candidatura y anunció nada más ganar las elecciones que el caballo de batalla de su política será la lucha contra la corrupción. Y cómo será esta en Bulgaria cuando Radev citó como ejemplo a seguir a Rumanía? porque allí han sido ya varios los altos cargos que han comparecido ante la justicia por corrupción?