El Cairo/Moscú - El Ejército y las milicias de Siria mantienen el acoso contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), asediado por varias ofensivas, en vísperas del comienzo del mes sagrado musulmán de ramadán. Sin embargo, el recrudecimiento de los combates en Alepo ha colocado a Rusia ante la tesitura de bombardear las posiciones yihadistas en la segunda ciudad siria pese a la proximidad de la oposición, a lo que al Kremlin lo animan sus políticos y militares, pero a lo que se opone terminantemente EEUU.
A pocas horas de la entrada de este periodo de reflexión y espiritualidad, el EI ve cómo las fuerzas militares y sus milicias leales avanzan en sus ataques en la zona septentrional de Siria. En el norte de Siria, al menos 30 yihadistas del EI, 32 civiles y doce miembros de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una milicia kurdo siria apoyada por Estados Unidos, han muerto en los seis días de enfrentamientos por el control de la estratégica zona de Manbach, ubicada en la provincia de Alepo.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los milicianos de las FSD perdieron la vida en enfrentamientos con el EI, entre ellos el comandante militar conocido como Abu Laila, que falleció ayer como consecuencia de un bombardeo yihadista perpetrado durante las batallas de las afueras de Manbach el pasado viernes.
Mientras, las bajas en las filas del EI se produjeron tanto en choques armados como en ataques aéreos de la coalición internacional encabezada por EEUU, añadió la ONG, con una amplia red de activistas en el terreno. Actualmente, según el Observatorio, continúan los avances de las FSD por conquistar Manbach, que vislumbran desde una distancia de entre cinco y seis kilómetros al sur. En esa ofensiva, las FSD están siendo apoyadas por la coalición internacional liderada por EEUU con ataques aéreos contra posiciones radicales. Manbach, situada a unos 90 kilómetros al noreste de Alepo, capital de la provincia homónima, tiene una importancia estratégica, ya que se ubica entre esa provincia y la nororiental de Al Raqa, el principal feudo del EI en territorio sirio, y donde las FSD comenzaron otra ofensiva el 24 de mayo.
presiones a Putin Sin embargo, tras la última ofensiva yihadista, militares, diputados y senadores han instado al presidente ruso, Vladimir Putin, a dar la orden de atacar Alepo, pese a que éste ordenó en febrero retirar el grueso de las fuerzas desplegadas en el país árabe aduciendo que el Ejército sirio era capaz por sí solo de derrotar el enemigo. “Rusia no va a esperar eternamente. Los terroristas aprovechan cada día para incrementar sus filas y rearmarse”, declaró Konstantín Kosachov, presidente del comité de Asuntos Exteriores del Senado ruso, a medios locales.
“Nunca llegamos a irnos del todo. Allí aún está nuestro contingente. Simplemente hay que utilizarlo de manera más activa sin pensar en la respuesta de nuestros socios” occidentales, aseguró Yuri Baluyevski, antiguo jefe del Estado Mayor del Ejército. En aras de garantizar el respeto de la tregua en vigor desde finales de febrero, el Kremlin aceptó en su momento a regañadientes excluir a Alepo de los objetivos de su aviación desplegada en Latakia.
EEUU insistió entonces en que en las inmediaciones de la ciudad también se encontraban las posiciones de la oposición moderada al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad. No obstante, a Moscú se le está acabando la paciencia, ya que considera que Washington sigue incumpliendo su promesa de persuadir a los opositores a abandonar la zona, lo que ha sido aprovechado por los yihadistas para reagruparse.
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, abordó el sábado, por tercera vez en los últimos días, este asunto con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Le advirtió que esta semana termina el plazo para que todos los grupos de la oposición se sumen a la tregua, de lo contrario sus posiciones se convertirán en “objetivos legítimos” de la aviación rusa.
El punto de no retorno se produjo el sábado cuando el Frente al Nusra, con ayuda de Jaish Al-Islam (Ejército del Islam), lanzó un ataque con armamento pesado contra las posiciones kurdas y gubernamentales en el norte y suroeste de la ciudad, donde habrían muerto más de 40 personas, entre civiles, militares y policías. A esto se suma el presunto pacto de no agresión entre los yihadistas y algunos grupos rebeldes, y el aplazamiento indefinido de las negociaciones de paz en Ginebra.
En principio, Rusia tiene las manos libres para atacar Alepo, pero aún espera que EEUU acepte la propuesta planteada hace dos semanas por el ministro de Defensa, Serguei Shoigú, de bombardear conjuntamente. “El mismo hecho de la unión de fuerzas entre Rusia y EEUU en la lucha contra el enemigo común tendría un efecto desmoralizador para los guerrilleros”, opinó Kosachov. En caso contrario, advirtió, “todos, incluidos los guerrilleros, saben muy bien que Rusia puede actuar en solitario”.
Shoigu ya aseguró al plantear la oferta de cooperación al Pentágono que Moscú se reserva el derecho a lanzar una ofensiva “unilateral” contra los grupos armados que no acaten el alto el fuego. “Nosotros mismos hemos creado las condiciones para que (los yihadistas) restañaran sus heridas. Por eso, hoy debemos hacer oídos sordos a cualquier coalición y cumplir con los compromisos adquiridos con los sirios”, insistió Baluyevski. En la misma línea, el almirante Vladimir Komoyedov, jefe del comité de Defensa de la Duma o Cámara de Diputados, considera que hay que estar preparados para atacar en cualquier momento, ya que “la mínima pausa juega en favor del enemigo”.
“Había que haberles atacado. Queríamos hacerlo con los americanos, pero ellos nos fallaron. Entonces, habrá que hacerlo solos. Hay que allanar el camino a las Fuerzas Armadas sirias”, subrayó.