Ankara - La cada vez más evidente ambición del jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, de sustituir el régimen parlamentario de su país por un sistema presidencialista, ha abierto una importante brecha con su primer ministro, Ahmet Davutoglu, y ha llevado a una crisis en el seno del partido gobernante y en el Ejecutivo.
Tras varios días de reuniones entre los dos mandatarios y de la cúpula del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), se ha decidido convocar un congreso extraordinario el próximo 22 de mayo para renovar al presidente de la formación islamista y en el que Davutoglu no concurrirá como candidato, sino que presumiblemente será sustituido por un nombre más leal a Erdogan, que también liderará un eventual nuevo Gobierno.
Los acontecimientos se han precipitado a raíz de un encuentro mantenido el miércoles entre Erdogan y Davutoglu y que dio la puntilla definitiva a una ruptura anunciada. Las discrepancias entre ambos líderes se han hecho patentes en las últimas semanas por asuntos que van desde las relaciones con Europa hasta la detención de voces críticas.
Davutoglu, sin embargo, negó que su salida sea un “fracaso” y aseguró que se trata de una “necesidad”, por el bien del partido y ante la “ausencia de consenso”. “Mi mandato (como primer ministro) ha sido un mandato de éxito. Con esta decisión, no hay ningún sentimiento de fracaso o pesar por lo que he hecho. Hice mi trabajo adecuadamente y con honor”, sostuvo.
“El hecho de que mi mandato haya durado mucho menos de cuatro años no es una decisión mía sino una necesidad”, incidió Davutoglu. Turquía celebró elecciones en julio de 2015 y ante la imposibilidad de formar gobierno, después de que el AKP perdiera parte de sus escaños, los turcos volvieron a ir a las urnas en noviembre.
“Soy de la opinión de que un cambio en la presidencia del partido sería mucho mejor que remodelar la ejecutiva del AKP. Eso crearía más tensión dentro del partido”, justificó. En este sentido, reconoció su malestar con la decisión del partido de retirarle la autoridad para designar a los líderes de AKP en las provincias y distritos y que este ha sido el punto de inflexión para renunciar.
relación Por otra parte, pese a que muchos ven en su marcha la mano negra de Erdogan, el primer ministro solo tuvo palabras de elogio para el presidente. “Ocurra lo que ocurra, seguiré mi relación con nuestro presidente hasta mi último aliento”, aseveró. “El honor de nuestro presidente es mi honor. Su familia es mi familia. Nadie debería atreverse a iniciar nuestros complots”, previno.
Erdogan, por su parte, se desmarcó del anuncio de Davutoglu, a quien felicitó públicamente pero marcando distancias. “Es la decisión del propio primer ministro”, aseguró el presidente. Entretanto, la principal formación opositora en Turquía, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), describió la salida del primer ministro como un “golpe de palacio” atribuible al presidente del país.
“La dimisión de Davutoglu no debería ser percibida como una cuestión interna” del AKP, advirtió el líder del CHP, Kemal Kilicdaroglu. “Todos los defensores de la democracia deben resistir ante este golpe de palacio”, agregó en rueda de prensa. - Efe
Posibles sucesores. El portavoz del Gobierno, Numan Kurtulmus, y el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, ambos leales a Erdogan, son los potenciales candidatos a relevar a Davutoglu, según indicaron fuentes próximas a la Presidencia. El ministro de Transportes, Binali Yildirim, y el de Energía, Berat Albayrak, yerno de Erdogan, también fueron mencionados.