ATENAS. Desde que comenzó ayer el proceso de deportaciones, las demandas de asilo han crecido exponencialmente, según la prensa local, que asegura que sólo en Lesbos, donde hay alrededor de 3.150 refugiados en el centro de detención de Moria, se han registrado 2.800.
Una situación similar a la que se vive en Quíos, donde de cero peticiones de asilo se ha pasado a 540.
El portavoz de la coordinadora del Gobierno para la gestión de los refugiados, Yorgos Kyritsis, ha confirmado que la llegada de demandas de asilo de "último minuto" ha planteado "un problema práctico" ya que gente incluida "en las listas de deportación" pidió asilo, "y antes de devolverlos hay que aclarar su situación".
Según Kyritsis la semana pasada las autoridades griegas elaboraron un listado con 490 inmigrantes a deportar, de los cuales 202 fueron devueltos ayer.
Hasta que esta situación con las demandas de asilo no se resuelva, insistió Kyritsis, se detendrán las deportaciones, aunque la prensa local, citando fuentes de Turquía, asegura que el miércoles se llevarán a cabo 200 devoluciones.
Kyritsis, sin embargo, se mostró "muy satisfecho" con las reubicaciones realizadas hasta ahora ya que Turquía "no rechazó gente de la lista (de deportaciones)... con dos o tres excepciones", concedió.
La tramitación de estas nuevas peticiones de asilo se encuentra con la dificultad añadida de la escasez de medios humanos, pues hasta ahora solamente han llegado 30 funcionarios de la agencia europea de apoyo al asilo (EASO), con sus respectivos traductores, de los 400 prometidos por la UE.
Estos funcionarios, además, empezarán a trabajar el jueves en un periodo piloto que durará "entre 4 y 5 días" durante el que se creará "un protocolo de demanda de asilo", explicó Kyritsis, por lo que operarán con normalidad a partir de mediados de la semana que viene.
Tampoco han llegado a Grecia todos los efectivos policiales prometidos por Frontex para este fin de semana, unos 400, ya que solamente 206 han aterrizado en territorio heleno.
La situación en las islas del Egeo oriental sigue siendo límite con casi 6.000 inmigrantes acumulados en sus centros de detención sin que hayan cesado las llegadas de refugiados, 225 en las últimas 24 horas, la mayoría a Lesbos.
También es difícil en el campamento improvisado del puerto ateniense del Pireo, donde se acumulan ya 4.700 personas.
El Gobierno griego espera poder desalojar este campo durante las próximas semanas y trasladar a sus ocupantes a centros organizados, todo ello sin recurrir a un desalojo forzoso.
Sin embargo el sindicato de guardacostas denunció hoy que "supuestos" activistas de ONG instan a los refugiados e inmigrantes a no aceptar su traslado a centros de acogida y consideran que la situación es insostenible.
En el otro gran campo improvisado de Grecia, el fronterizo de Idomeni hay ya casi 11.300 refugiados y la tensión aumenta conforme se concretan las deportaciones a Turquía.
Sin embargo ha sido una protesta pacífica la que ha marcado la jornada allí, la de una treintena de niños refugiados en las simbólicas vías del tren del campamento.
Los pequeños, según ha confirmado a Efe la policía de Macedonia Central, portaron flores blancas y pancartas con inscripciones en inglés en las que se podían leer cosas como "Nos matan silenciosamente".
También se profirieron gritos en favor de la reapertura de fronteras, un lema muy repetido por los más de 11.300 refugiados atrapados en este campo desde el cierre de la fronteras de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM).
Las autoridades helenas dieron permiso para que los niños llegaran hasta la doble valla que separa ambos países y arrojaran sus flores al otro lado bajo la atenta mirada de las fuerzas de seguridad macedonias.