washington - El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, afirmó ayer que las masacres cometidas por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) con minorías religiosas en Irak y Siria suponen un “genocidio”. “El EI es responsable de genocidio con grupos religiosos”, dijo Kerry en una comparecencia ante los periodistas en la sede del Departamento de Estado, en la que mencionó entre las víctimas a cristianos y yazidíes.
El Departamento de Estado de EEUU evalúa desde hace meses si calificar las muertes de personas de estas creencias a manos del EI como genocidio y limpieza étnica, una definición legal que puede tener implicaciones prácticas, aunque altos cargos estadounidenses aseguraron que no obligará a EEUU a ampliar su campaña militar contra los yihadistas. Kerry agregó que, en todo caso, él no es juez ni fiscal y que corresponde a un tribunal internacional la persecución de estas “atrocidades”. Estados Unidos apoyará “firmemente” los esfuerzos por documentar estas las atrocidades de las que acusa al EI, agregó, al tiempo que mencionaba la investigación de la existencia de fosas comunes.
La designación como genocidio los crímenes del EI puede tener implicaciones prácticas, dado que Estados Unidos es parte de la convención de la ONU contra el genocidio, aprobada en 1948. El pasado lunes, la Cámara de Representantes de EEUU ya aprobó una resolución que calificaba de “genocidio” la violencia del EI en Irak y Siria contra los cristianos, los kurdos, los yazidíes y otras minorías.
En 1994, el Gobierno de Bill Clinton se resistió a emplear la etiqueta “genocidio” en el caso de Ruanda por temor a que eso le obligara a tomar medidas concretas, según aseguró en 2002 la actual embajadora de EEUU en la ONU, Samantha Power. En 2004, el entonces secretario de Estado, Colin Powell, calificó el asesinato de miles de personas en la región sudanesa de Darfur como genocidio, la primera vez que EEUU usó ese término durante un conflicto. No obstante, el Departamento de Estado aseguró entonces que esa denominación no obligaba legalmente a Estados Unidos a intervenir, y representaba más bien un motivo de presión moral. - Efe