París - François Hollande renovó ayer el Gobierno francés con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2017. Así, el presidente francés recupera al antiguo primer ministro Jean-Marc Ayrault y abre la puerta a destacados disidentes ecologistas, en una remodelación.
Hollande sabe bien que solo la unión de las fuerzas de izquierda detrás de su eventual candidatura en los comicios le permitirá pasar a una segunda vuelta, que disputaría ante el candidato del centroderecha o la líder del ultranacionalista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen.
Sin embargo, pese a abrir la mano a nuevos socios, el Ejecutivo mantiene su perfil centrista y excluye a los representantes de la facción “rebelde” del Partido Socialista. Existía expectación por conocer el nombre del sustituto de Laurent Fabius en Exteriores -la pieza más relevante de la remodelación- y Hollande apostó por un viejo conocido: el ex primer ministro Jean-Marc Ayrault, que salió del Ejecutivo por la puerta de atrás en 2014 entre bajas cotas de popularidad.
El nombramiento de Ayrault se inscribe en una tradición no escrita de designar en la cartera de Exteriores a antiguos jefes de Gobierno, como lo fue el propio Fabius en la década de 1980. “Al frente de la diplomacia francesa es necesario que haya responsables que tengan experiencia y que ya hayan ejercido puestos de responsabilidad”, defendió el primer ministro de Francia, Manuel Valls.
Los analistas recordaron que Ayrault se pondrá a las órdenes de un jefe de Gobierno que tuvo mucho que ver en su caída en marzo de 2014 y con quien no gozaba precisamente de una buena relación. El baile ministerial fue bastante más allá de lo previsto: finalmente seis nuevas caras entran en el Ejecutivo y cuatro lo abandonan.
Entre los debutantes destacan la hasta ahora secretaria nacional del partido Europa Ecología-Los Verdes (EELV), Emmanuelle Cosse, quien será ministra de Vivienda y que de forma inmediata renunció al liderazgo de su formación. “Hoy termino mi mandato de secretaria nacional. He tomado esta decisión en conciencia, dentro de la continuidad de mi compromiso por la ecología y sin renegar de las posiciones que he expresado en el pasado”, explicó en una carta a los militantes de su partido.
Junto a ella desembarcan como secretarios de Estado Jean-Vincent Placé y Barbara Pompilio, representantes del ala moderada de los ecologistas y que abandonaron el EELV en otoño al considerar que este se había radicalizado. Su entrada en el Gobierno amenaza con profundizar la fisura existente en los Verdes, pilotados por Cecile Duflot (quien había sido ministra de Vivienda en el Gobierno Ayrault), fiera opositora de las políticas de Hollande.
Hollande tendió también la mano a otro aliado, en este caso más incondicional, el líder del Partido Radical de Izquierda, Jean-Michel Baylet, quien se hará cargo de la cartera de Ordenación Territorial.
El nombramiento sorpresa fue el de la nueva titular de Cultura, que hasta ahora ejercía como consejera presidencial, Audrey Azoulay, quien sustituye en el cargo a Fleur Pellerin. Mientras, dos exsecretarias de Estado, Annick Girardin y Laurence Rossignol, serán las responsables de Función Pública y de Familia, respectivamente. El Elíseo proclamó con orgullo que el nuevo Gobierno, compuesto por 38 ministros y secretarios de Estado, es paritario, con 19 hombres y 19 mujeres. - Efe