Atenas - Grecia vivió ayer la primera huelga general del año en contra de la reforma de las pensiones que dejó una imagen totalmente diferente a la de convocatorias anteriores, pues el pequeño comercio, los taxistas y el transporte paralizaron la actividad en la mayoría de ciudades del país. Esta huelga fue convocada por los sindicatos contra de la reforma del sistema de pensiones que el Gobierno del primer ministro, Alexis Tsipras, negocia con los acreedores internacionales.

El amplio seguimiento se notó también en la multitudinaria manifestación que recorrió el centro de Atenas, y en que se registraron algunos incidentes cuando grupos aislados de manifestantes lanzaron cócteles molotov a la Policía, que respondió con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras. Durante los enfrentamientos, un periodista fue agredido por algunos de estos manifestantes y tuvo que ser traslado al hospital.

Los enfrentamientos continuaron después, ya finalizada la manifestación, en el barrio de Exarjia, de tradición izquierdista, donde los manifestantes incendiaron cubos de basura y volvieron a la lanzar bombas incendiarias. La manifestación fue la más multitudinaria de los últimos años, con unos 40.000 participantes, según la Policía, y 100.000, de acuerdo con los organizadores.

“retirar la reforma o marcharos” Al grito de Tenéis que retirar la reforma de pensiones o marcharos u Os votamos para salvarnos, no para que acabéis con nosotros abogados, médicos, maestros, farmacéuticos, trabajadores de los aeropuertos y puertos, pensionistas y muchos otros profesionales marcharon no solo por el centro de Atenas sino por otras muchas ciudades.

En el transporte hubo un paro total en trolebuses, trenes interurbanos y de cercanías, mientras que el metro y el tranvía de Atenas sólo circularon siete horas y los autobuses doce.

Los barcos permanecieron amarrados y se produjeron 66 cancelaciones de vuelos interiores de las compañías locales Olympic Airways y Aegean Air debido al paro parcial de los controladores. En el sector privado, todos los sindicatos se unieron a la huelga con tasas de participación superiores al 95 %, afirmó el portavoz de esta confederación sindical, Dimitris Karayorgópulos.

A diferencia de las últimas dos convocatorias, la mayoría de comercios del centro de Atenas permanecieron cerrados, una imagen que no se repetía desde hacía años, pues las sucesivas huelgas han desincentivado la adhesión de muchos autónomos.

El presidente de la asociación de pymes, Yorgos Kavazás, aseguró que en algunas ciudades como Salónica o Volos la participación se acercó al 100 %. Según la confederación nacional del comercio, el coste del cierre de un día supone pérdidas de 210 millones de euros para el sector y de 8 millones para el Estado por la recaudación del IVA. En el mercado central de Atenas la parte dedicada al pescado mantuvo un cierre total, mientras en la de la carne el seguimiento fue desigual.

Kyriakos mantuvo su puesto abierto, porque, a pesar de estar de acuerdo con el motivo de la huelga, su sindicato no la ha secundado. “Algunos compañeros presionados por la situación económica, tienen miedo a cerrar y han optado por trabajar. Por eso no hubo un consenso del 100% en nuestro ramo y hemos permanecido abiertos, aunque no al mismo nivel”, asegura este carnicero.