MADRID - Las reacciones de los países europeos vienen siendo diversas tras el 13-N. Por ejemplo, fuentes del Ministerio de Economía alemán indicaron a DNA que “desde nuestra perspectiva, no ha habido cambios en relación a los proyectos para el desarrollo económico de Alemania ni tampoco para el sector turístico, debido a los atentados de París”. Al mismo tiempo, y como ya informó este diario hace dos semanas, el Ministerio del Interior alemán aseguró que seguían adscritos a los compromisos Schengen. En cambio, el artista Víctor Landeta verificó que, tras una escapada a Varsovia, detuvieron su autobús y solicitaron la documentación a todos los viajeros. Hay controles.
En Italia han desplegado 2.000 policías para reforzar la seguridad. En el caso de Polonia, Agata Witos?awska explica que, “Polonia no es un país de turismo masivo en otoño e invierno, prevaleciendo turismo nacional en esta época y desplazamientos por la geografía del país en coche, autobuses y trenes principalmente. En este sentido, más riesgo corren los turistas polacos que salen fuera a los destinos claves y que pueden estar en el punto de mira de los terroristas. A pesar de esta amenaza, los polacos siguen saliendo y siguen viajando”.
Por su parte, Noruega se ha mostrado en su línea de tranquilidad los últimos meses, pese a que su gobierno cuatripartito está oscilante en su concepción de los controles fronterizos y la política migratoria. “Noruega sigue siendo concebida como un destino pacífico”, relatan fuentes turísticas del país escandinavo. Prueba de ello es que nadie ha mostrado preocupación en las redes sociales, por ejemplo, y los viajes prosiguen.
Algo similar viene ocurriendo con Holanda. Sorprende que un país tan cercano a Bruselas, donde han pasado semanas en máxima alerta, no esté afectado por controles excepcionales. Responsables turísticos holandeses se congratulan de que nada haya cambiado, y otras fuentes verifican que en el Puente de diciembre visitaron Amsterdam tranquilamente.
En el caso de Croacia, cuyo pilar económico es el Turismo principalmente, no sólo no ha sufrido un freno en sus flujos turísticos, sino que además viene experimentando crecimientos. Fuentes de Turismo de Croacia verifican que la gran cantidad de refugiados que han estado recibiendo ha afectado a la secuencia del transporte público, pero de una forma localizada en la Costa Oriental, sin afectar a la Costa Dálmata, por ejemplo.
Las agencias vascas suelen comprobar que los muy viajeros no se amedrentan fácilmente. Así, las dos semanas posteriores al 13-N las preocupaciones de los clientes fueron muy claras, pero posteriormente casi nadie ha cancelado sus viajes navideños. Los destinos fetiche son Canarias y Caribe, pero los hay que en estos momentos están en Londres, Berlín... y hasta París y Bruselas. Hay vascos que las visitan por Navidad, y este año nada les ha echado atrás. - C. M. Sacristán