lyon - Yassin Salhi, el hombre detenido el viernes por ser el sospechoso del atentado en Francia, se hizo un selfie con la víctima, a la que supuestamente decapitó. Después envió la foto por Whatsapp a un número estadounidense posiblemente con base en Siria. La víctima, de 54 años, era el jefe del detenido y gerente de la empresa de paquetería en la que trabajaba.

El hombre, que tiene 34 años, está casado y con tres hijos, no tenía antecedentes penales. Salhi colgó la cabeza de la víctima en una verja de la empresa de Saint-Quentin-Fallavier junto a la inscripción en árabe ‘Profesión de fe’. Después trató de volar la planta. El terrorista fue reducido por un bombero cuando se disponía a abrir bombonas de acetona. El arma que se encontró en el lugar de los hechos era de juguete, según algunos medios galos. - Efe