bruselas - La salida de Grecia de la zona euro hace tiempo que dejó de ser tabú pero nunca hasta ahora nadie había hablado con la crudeza con la que lo hizo ayer el gobernador del Banco central griego en el informe anual de la entidad remitido al primer ministro, Alexis Tsipras, y al parlamento heleno. “Si no se llega a un acuerdo será el principio de una dolorosa carrera que inicialmente llevaría a un impago y, en última instancia, a la salida del país de la zona del euro y muy probablemente de la Unión Europea”, advierte Yiannis Stournaras. La alerta se producía a 24 horas de un nuevo Eurogrupo, esta tarde en Luxemburgo, considerado decisivo pero que arranca sin muchas expectativas de acuerdo.
El panorama que presenta en el informe no puede ser más oscuro. “Crisis descontrolada”, “grandes riesgos para la estabilidad del sistema bancario y financiero” y una “profunda recesión” que llevaría a una caída dramática de los ingresos, a una subida del desempleo y a un colapso de la economía griega. Advertencias que no sentaron ayer bien al Ejecutivo heleno. Su portavoz en el parlamento, Zoi Konstantopoulou, calificó el documento de “inaceptable” y acusó a Stournaras -que fue ministro de economía griego bajo el gobierno de conservador Antonis Samaras entre 2012 y 2014- de minar la estrategia del gobierno de Tsipras, que pretende llevar la negociación hasta el mismo abismo para conseguir una reestructuración de la deuda y evitar el recorte pensiones. “Stournaras ha contribuido a esta política de memorandums y ahora intenta, de una forma que no es democrática, impedir las reivindicaciones del gobierno”, criticó.
El informe, que también pone el acento en la dolorosa fuga de capitales de los últimos meses, 30.000 millones entre octubre y abril de 2015, saltaba a la luz 24 horas antes de una nueva reunión de ministros de economía y finanzas de la zona euro que se presenta “decisiva” y con los gobiernos europeos, según admitió el vicepresidente de la Comisión, Valdis Domvrovskis, “comprensiblemente nerviosos”. El titular griego Yanis Varoufakis ya ha dicho que no presentará ninguna contrapropuesta a la ofrecida por los acreedores institucionales de ahí que hay quien augura que la discusión sobre Grecia “podría ser más bien corta”, apunta un alto funcionario europeo insistiendo en que todavía hay diferencias.
pocas expectativas de acuerdo Según esta misma fuente, los acreedores han flexibilizado su postura enormemente pero se mantienen las diferencias y no solo están en el ámbito fiscal, también en la estructura del sistema impositivo y las pensiones. De ahí las pocas expectativas de acuerdo de muchos ministros. Entre ellos el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que admitió ayer durante una comparecencia en su parlamento que la probabilidad de cerrar un pacto este jueves es “muy baja” y que es Grecia quien debe presentar alternativas a las propuestas de los acreedores. “Todo lo que no quieren ya lo han dejado muy claro. Eso significa que tienen que presentar propuestas alternativas”, dijo.
En la misma onda está la Comisión Europea, que ayer reconoció que el Eurogrupo podría no ser conclusivo. “Quizás no será conclusivo pero esperamos que sea útil porque tenemos poco tiempo”, recordaba el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici.” La pelota está en el terreno de las autoridades griegas. Hay que ser conscientes de que queda poco tiempo, que el 30 de junio expira el programa (de rescate), que ese día hay que hacer un reembolso al FMI, que unos y otros conocen los parámetros técnicos y que hace falta sangre fría y voluntad política”, arengó. Al igual que hiciera un día antes su jefe Jean-Claude Juncker recordó que los acreedores ya han flexibilizado su postura y han cedido terreno en aras de una propuesta que consideró “razonable, moderada y realista”. Por ejemplo, recordó que han revisado a la baja el objetivo de superávit fiscal primario del 3% que se pedía inicialmente para 2015 hasta el 1%, hasta el 2% en 2016 y el 3% en 2017, y que han propuesto a Atenas sustituir medidas como la subida del IVA en la electricidad o el recorte a las pensiones más altas por otras como una reducción del presupuesto en defensa.
Aunque todo hasta ahora ha caído en saco roto, el jefe negociador de Grecia con los acreedores, Euclides Tsakalotos, apuntó ayer que su gobierno podría estar dispuesto a hacer concesiones siempre que sean “económicamente viables”, no se toquen las pensiones y haya un nuevo compromiso de reestructuración de la deuda. Si no hay avances hoy, no se descarta convocar una nueva cita extraordinaria dado que la próxima cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE de finales de la próxima semana podría ser demasiado tarde para evitar un impago de Grecia que deberá abonar al FMI casi 1.600 millones de euros el 30 de junio.