atenas - Para sus adversarios conservadores y buena parte de los medios griegos Alexis Tsipras representa el mal absoluto, pues de ganar las elecciones, “sacará a Grecia de la eurozona”, con “políticas irresponsables”, “confiscará los depósitos bancarios” y “convertirá el país en una segunda Corea de Norte”. Para sus seguidores, es el político que “acabará con la austeridad” y con “sus consecuencias sociales desastrosas”, “devolverá al pueblo griego su dignidad” y “fortalecerá la democracia”. La popularidad de Tsipras, de 41 años, comenzó en mayo de 2012, cuando, para sorpresa general, su partido, el izquierdista Syriza se convirtió en segunda fuerza política del país, gracias a un programa de rechazo de la austeridad draconiana que los acreedores del país habían impuesto a Grecia.

Tsipras nació en 1974, apenas unos días después de la caída de la Junta de los Coroneles, que había estrangulado al país desde 1967. Desde el instituto, despuntó como un líder estudiantil en las protestas contra las reformas educativas de los sucesivos gobiernos y como militante de las juventudes del poderoso Partido Comunista de Grecia (KKE). La caída de la URSS provocó una escisión en el seno de KKE y Tsipras optó por la minoría que se quedóy por la amalgama de socialistas, trotskistas, maoístas, ecologistas y otras varias familias de la dividida izquierda que en 2004 se convertiría en la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza).

Ingeniero civil de profesión, la carrera política de Tsipras empezó en 2006, cuando fue nombrado candidato de su partido a la Alcaldía de Atenas y consiguió el 10,6% del voto, un resultado inesperado que le propulsó, a inicios de 2008, a la presidencia de Synaspismós, principal componente de Syriza.Tsipras centra su combate electoral en la necesidad de hacer frente a la crisis humanitaria desatada por la austeridad draconiana, luchar contra la evasión fiscal y liberar el sistema político de la influencia de los oligarcas. Tampoco tiene miedo al llamado grexit, la salida del euro, porque, dice, “todos son conscientes de sus consecuencias”. - Efe