Tal y como le exigió el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, el general Rubén Darío Alzate explicó las razones por las cuales cayó en manos de un bloque de las FARC en el departamento del Chocó. Sin embargo, esta versión no termina de convencer. Tanto, que el general Alzate anunció en la misma comparecencia su baja del Ejército tras 30 años de servicio. “Debo reconocer que mi afán de servicio y el amor por el pueblo chocoano me llevaron a no aplicar los procedimientos que en materia de seguridad debía adoptar en mi desplazamiento como general de la República y como comandante de la fuerza de tarea conjunta Titán (...) Por mi honor militar, he solicitado al Gobierno Nacional mi retiro del servicio activo”, manifestó.

Alzate, con uniforme de gala, la voz entrecortada y acompañado por su esposa, explicó que violó los protocolos de seguridad para acercarse a las comunidades de la zona como parte de un programa de desarrollo económico. Según el general, en Las Mercedes, el caserío donde fue secuestrado, se está desarrollando un proyecto energético que incluye la instalación de turbinas en el río Atrato. Además, agregó que lo hizo vestido de civil, desarmado y sin un dispositivo de seguridad porque en el año que lleva en el departamento del Chocó se encontró con la “natural desconfianza” de los pobladores hacia la Fuerza Pública.

“Me informé de la situación operacional y de inteligencia del área y procedió a visitar el corregimiento, adoptando unas medidas de seguridad que incluían: desinformación de mi ruta y destino final, el no acompañamiento de mi anillo de seguridad y el manjero de un bajo perfil, razón por la que iba de civil y sin armamento”, señaló. Muchos no entienden, en cambio, que el general Alzate se arriesgara de esa manera en una zona de fuerte presencia guerrillera, algo conocido por todos.

En su visita al caserío de Las Mercedes estaba acompañado por el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, encargada del proyecto de desarrollo comunitario, quienes también fueron secuestrados y liberados el domingo pasado. El general Alzate explicó que se involucró en esta misión porque su afán había sino no solo combatir a la guerilla sino también la pobreza estructural del Chocó y aseguró que ese trabajo es realizado “en articulación con las comunidades e instituciones del Gobierno nacional, local y regional con el ánimo de trazar una hoja de ruta plasmada en la agenda Chocó 2038”.

Alzate añadió que ese esfuerzo lo inició después de tomar el mando de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, cuyo objetivo es combatir a las FARC en el Chocó, puesto que fue consciente “de la necesidad de general alternativas para desarrollar soluciones ante los problemas estructurales del departamento y posibilitar el progreso y el desarrollo”. - Efe/E.P.