poco después de conocerse la decisión de un gran jurado de Estados Unidos de no imputar al policía blanco que mató al joven negro Michael Brown el pasado 9 de agosto, la ONU expresó su preocupación por “el desproporcionado número de jóvenes negros que mueren en encuentros con agentes de policía”, así como por el alto número de negros en prisión y condenados a muerte. “Está claro que, al menos entre algunos sectores de la población, hay una profunda y cada vez más enconada falta de confianza en la legitimidad de la Justicia y los sistemas de aplicación de la ley”, apuntó Zeid Ra’ad Al Husein, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
El jurado decidió no presentar cargos contra el policía Darren Wilson al considerar que no existen suficientes pruebas para procesarle por el asesinato de Brown. El agente seguirá libre y no enfrentará un proceso judicial, un hecho que desató la ira de la comunidad afroamericana de Ferguson, que volvió a protagonizar protestas como las que siguieron al asesinato de Brown en verano. “Lo que vemos en Ferguson es el resultado de la frustración de la comunidad negra, que se siente desamparada ante la justicia”, explicó a Efe Seema Sadanandan, directora en el Distrito de Columbia de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU).
En este sentido, Sadanandan consideró que, más que por la muerte de Brown, la comunidad afroamericana protesta por lo que significa: “La reproducción sistemática de un patrón de violencia por parte de la policía que actúa mayoritariamente sobre la comunidad negra”. Las protestan también van contra “la reproducción de las injusticias de un sistema judicial que no exige responsabilidades a los oficiales de policía” y que, cuando se trata de la población afroamericana, “están envueltos en una burbuja de impunidad”.
Brown murió en pleno mediodía de un sábado por el impacto de al menos seis disparos efectuados por Wilson mientras caminaba con un amigo por la calzada en una calle residencial, y lo más importante: estaba desarmado. Sin embargo, las pruebas presentadas por la fiscalía en este caso fueron demasiado débiles y las declaraciones de los testigos se contradecían. La policía sostiene que hubo un forcejeo por el arma del agente, mientras que el amigo que acompañaba a Brown asegura que éste alzó sus brazos en señal de rendición. Este gesto se ha convertido en un símbolo en las protestas.
Abogados de la familia Brown así como activistas han centrado sus críticas en el fiscal que ha llevado este caso: Bob McCulloch. Los allegados del joven fallecido se quejan de que todos los hechos, desde la manera en cómo se presentaron las pruebas al jurado de instrucción hasta la manera en la que McCulloch dio a conocer la decisión, confirman su convicción de que el desenlace estaba predeterminado por un fiscal que tiene raíces familiares y profundas relaciones con la policía -su padre, agente de policía, murió en acto de servicio por los disparos de un hombre negro-. “Consideramos que esta decisión del jurado es un reflejo de los sentimientos de quienes presentaron las pruebas”, señaló el martes Anthony Gray, abogado de la familia Brown.
El jurado escuchó más de 70 horas de entrevistas y testimonios de varios testigos y estudió cinco posibilidades para la imputación de Wilson, desde asesinato en primer grado hasta homicidio. Tras conocerse el veredicto, el padre de Brown denunció que el carácter de su hijo había sido “crucificado” durante este proceso. En su testimonio, el agente Wilson aseguró que el joven afroamericano “parecía el mismo demonio, estaba realmente furioso porque le dije que caminara por la acera”. “Me sentí como un niño de cinco años delante de Hulk Hogan”, señaló, un relato que parece que convenció finalmente al jurado, que no necesitaba unanimidad para emitir un veredicto y que estaba compuesto por nueve blancos y tres negros.
El Centro de Investigación Pew realizó el pasado fin de semana una encuesta que muestra los diferentes puntos de vista entre negros y blancos sobre lo ocurrido en Ferguson. A la pregunta de si la muerte de Brown plantea problemas en torno a las razas, el 80% de los negros asegura que sí, mientras que entre los blancos la cifra baja al 37%. Mientras, el 60% de los afroamericanos considera que la policía fue demasiado lejos en este caso, una opinión compartida por el 33% de la población blanca.
Discriminación institucional Ferguson ha reabierto las heridas de la comunidad afroamericana. Y es que la repercusión política, social y mediática de este caso pone sobre la mesa la diferencia entre negros y blancos en Estados Unidos, sus derechos, el acceso a la justicia y las oportunidades de vida que ambos grupos tienen. Pobreza, altos índices de desempleo, segregación y persecución policial son el caldo de cultivo de la tensión racial en el país. Las cifras hablan por sí solas. En materia económica, un estudio reciente de Urban Institut, con base en cifras de 2010, mostraba que los blancos tienen en promedio seis veces más riqueza que los negros e hispanos. Además, los blancos ganaron 89.000 dólares de promedio en 2010, el doble que los negros (46.000 dólares). A eso hay que sumarle que la riqueza de las familias negras cayó en un 31% por la crisis económica, mientras que la de los blancos se vio afectada en un 11%. Ferguson, con una población afroamericana del 67%, es un ejemplo de todo ello por sus índices de pobreza crecientes. Según datos del censo, en 2012, uno de cada cuatro residentes vivía por debajo de la tasa de pobreza establecida en 23.000 dólares anuales para una familia de cuatro miembros -un 44% de estas personas debía sobrevivir con la mitad de esos ingresos-. Además, la localidad sufre un desempleo del 13% (el doble de la media nacional), que incide especialmente en la población negra, compuesta por unos 14.000 habitantes.
Otras cifras dejan al descubierto el diferente trato ante la justicia. Los hombres negros tienen seis veces más probabilidades de ir a la cárcel que los blancos y 2,5 veces más que los hispanos. De hecho, el 40% de la población carcelaria es negra, a pesar de que solo representan el 13% de la población estadounidense, y recibe sentencias 19,5 veces mayores que los blancos en situaciones similares. Todo esto genera una percepción negativa de la justicia entre la población negra y una desconfianza en la policía mayoritariamente blanca -en Ferguson solo tres policías son negros-.