hong kong - Varios cientos de manifestantes siguen tomando el pulso al Gobierno en el noveno día de concentraciones en Hong Kong mientras que la ciudad vuelve lentamente a su actividad y el movimiento prodemocrático disminuye en el número de participantes. La ciudad recuperó ayer la mayor parte de su actividad diaria y los 3.000 empleados de la administración pública volvieron a sus puestos de trabajo en los edificios cuyos alrededores fueron tomados por miles de estudiantes durante la pasada semana. Manifestantes y funcionarios públicos que retornaban ayer al trabajo compartían varias calles y accesos que la pasada semana habían sido de uso exclusivo para los participantes de las protestas.

Las organizaciones que lideran la revuelta popular aceptaron abrir el paso a los edificios administrativos cuyo entorno está controlado, en su mayoría por estudiantes, después de que el Ejecutivo local accediera a dialogar con ellos sobre el desarrollo de la polémica reforma electoral.

El secretario general de la Federación de Estudiantes, Alex Chow, una de las organizaciones que abandera la campaña de desobediencia civil, reiteró ayer que las protestas y la ocupación callejera continuará al menos hasta conocer el tono en el que representantes del Gobierno quieren llevar a cabo el diálogo. “La decisión de que se disuelvan las protestas está ahora del lado del Gobierno”, dijo Chow.

“Estamos esperando y vigilando la actuación del Gobierno. Ver si realmente está utilizando una táctica o si realmente están dispuestos a mantener un diálogo”, señaló.

El Ejecutivo local tendió el domingo la mano a los estudiantes abriendo la vía del diálogo a cambio de restablecer el funcionamiento de carreteras y accesos a edificios gubernamentales para ayer lunes.

El jefe del Gobierno local, Cy Leung Chun-ying, reiteró ayer en un comunicado la intención de entablar un “diálogo sincero sobre la reforma política”, confirmando que ayer se habían iniciado los primeros contactos para ello.

Mientras tanto, el número manifestantes concentrados ayer en los tres puntos de la ciudad disminuyó respecto a los días anteriores. “Tenemos que seguir, esta lucha no es sólo para nosotros, es para los siete millones de personas que viven en Hong Kong”, explicó Tammy Wang, una estudiante de ingeniería que acudió a media tarde a las concentraciones de la zona de Admiralty. “Yo ya estoy cansada, llevo viniendo 6 días y parece que cada vez hay menos gente, el ánimo decrece”, señaló en tono desalentado Hellen Hu, de 22 años.

En las inmediaciones de la sede del Gobierno local, lugar donde se han venido concentrando sin descanso muchos estudiantes, apenas había ayer una veintena de manifestantes. El barrio de Mong Kok, donde estos días se produjeron fuertes enfrentamientos entre partidarios y detractores de la ocupación callejera, fue sumando simpatizantes y opositores a medida que avanzaba el día sin alcanzar aglomeraciones anteriores.

Fuentes policiales señalaron ayer que se habían producido 37 arrestos en dicho barrio desde que las protestas tornaran violentas el pasado viernes. Además, el cuerpo policial recibió 275 quejas por su actuación a lo largo de estos días, al margen de las críticas recibidas por su actitud pasiva ante la virulencia de los enfrentamientos.

Decenas de manifestantes denunciaron públicamente que grupos orquestados por el Gobierno de Pekín atacaron a los manifestantes pacíficos e intentaron desmontar las tiendas que llevan instaladas en varias localizaciones ante la “pasiva” actitud de la Policía.