MADRID. Durante la mañana, el operativo de rescate encontró siete cuerpos sin vida de montañeros y horas más tarde otros cinco cadáveres fueron localizados por el operativo formado por policías, bomberos y miembros de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército).
Los equipos de rescate comenzaron a peinar hoy la cara sur de la cima del volcán, una zona a la que hasta ahora no habían tenido acceso por la mala visibilidad o el peligro de una nueva erupción.
La actual cifra de muertos convierta esta tragedia en la peor causada por una erupción volcánica en Japón desde la II Guerra Mundial.
El monte Ontake, segundo volcán más alto de Japón, comenzó a expulsar humo, rocas y cenizas el pasado sábado cuando centenares de personas se encontraban practicando senderismo, muchos de los cuales pudieron abandonar la zona por su propio pie o tras ser evacuados.
Las unidades de salvamento reanudaron hoy sus operaciones después de que en la víspera la acumulación de gases en la cima y el temor a una nueva explosión volcánica obligaran a cancelarlas.
Pese a la persistente actividad volcánica del Ontake, unos 1.000 efectivos de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército), policía y bomberos participan en el despliegue.
La gruesa capa de ceniza que recubre la cima del monte complica la movilidad y la visibilidad de los operativos, que además han tenido que utilizar chaleco antibalas ante la persistente caída de piedras.
El suceso ha ocasionado hasta el momento 69 heridos de diversa consideración.
El Ontake es el segundo mayor volcán de Japón, detrás del Monte Fuji (3.776 metros), y se encuentra a unos 100 kilómetros de la ciudad de Nagoya (centro), entre las prefecturas de Gifu y Nagano.
Su última gran erupción se produjo en 1979, cuando expulsó unas 200.000 toneladas de cenizas, mientras que en 1991 registró otra erupción menor y en 2007 provocó una serie de terremotos volcánicos.
Japón está situado en el anillo de fuego del Pacífico y cuenta en su territorio con más de un centenar de volcanes activos e inactivos.