Israel y Hamás pactan una tregua indefinida en Gaza
Los palestinos aseguran que el pacto propuesto por Egipto permitirá levantar el bloqueo de la Franja Miles de personas salen a la calle para celebrar el final de 50 días de ofensiva
Gaza - Los negociadores palestinos e israelíes alcanzaron ayer un alto el fuero duradero después de 50 días de la ofensiva en Gaza. A las siete de la tarde (una hora menos en Euskadi) entró en vigor el cese de hostilidades que se resistía desde hacía más de un mes. Además a diferencia de iniciativas anteriores es que el alto el fuego es permanente, no como las otras treguas temporales violadas, que no acababan con la Operación Margen Protector, en la que han muerto 2.138 palestinos 490 menores- y otros 10.300 resultaron heridos, más cinco civiles -entre ellos un niño- y 64 militares caídos, además de un centenar de heridos, entre los israelíes.
Han hecho falta 50 días de ofensiva, 2.138 muertos -490 menores de edad- y 10.300 heridos entre los palestinos, más cinco civiles -entre ellos un niño- y 64 militares caídos, además de un centenar de heridos, entre los israelíes para que los negociadores de uno y otro lado alcanzaran este martes un alto el fuego duradero para Gaza.
Nada más entrar en vigor, miles de personas se echaron a las destruidas calles de Gaza y a las tranquilas de Cisjordania para celebrar lo que calificaron de una “victoria sin precedente” del pueblo palestino. “No me importa si se ha logrado o no la victoria, si los milicianos derrotaron a Israel o si el país derrotó a la resistencia armada. Todo lo que quiero es ver cómo la destrucción de esta guerra termina y Gaza es reconstruida de nuevo y que la calma prevalezca”, confesó Ahmed Shaban, ciudadano de 35 años de la ciudad de Gaza. Cerca de un centenar de kilómetros más al oeste, en el centro de Ramala, Mohamad al Badri compartía la euforia de sus compatriotas en Gaza en una marcha plagada de banderas palestinas y del movimiento islamista. “Israel ha aceptado todas las condiciones exigidas por los palestinos. Esta es una gran victoria para Hamás, estamos muy contentos”, dijo Mohamed al Badri sobre un acuerdo que ha sido aplaudido de inmediato por EE.UU. y la comunidad internacional.
Pero no todo era euforia y felicidad en una Franja que durante 50 días ha sufrido intensos y continuos bombardeos. “Ni Hamás ni Israel han alcanzado ninguno de sus objetivos. Esta guerra fue absurda, nos mantuvo con el miedo de ver a la muerte llegar para segar nuestras vidas en todo momento. Solo se ganó muerte, destrucción y dolor”, lamentó Hanan Abu Jamus, una gazatí de 28 años. “Gaza necesitará muchos años para recuperase, no solo para ser reconstruida sino también para sanar psicológicamente a la población, sobre todo a los niños”, criticó esta mujer.
Sin embargo, hasta minutos antes de comenzar oficialmente el alto el fuego, la aviación israelí intensificó sus ataques en el sur de la Franja y las milicias palestinas multiplicaron los lanzamientos de cohetes y proyectiles de mortero contra el sur de Israel, intercambio en el que murió un civil israelí y tres palestinos.
alivio del bloqueo de Gaza Según el movimiento palestino, los términos del acuerdo incluyen un alivio del bloqueo israelí, tal y como exigían los palestinos antes del conflicto y como pedía desde hace meses el grueso de la comunidad internacional. Este alivio incluye la apertura del paso fronterizo de Rafah -que quedará bajo el control de la ANP, como deseaban Israel y Egipto-, la ampliación de la zona de pesca y la relajación de las restricciones israelíes para salir de la Franja.
Aplazada por un mes ha quedado la discusión de otros asuntos, como la reapertura del puerto y el aeropuerto, la liberación de prisioneros, la entrega de los cadáveres de los soldados israelíes caídos en esta guerra y en poder de las milicias, y según fuentes israelíes, el pago de salarios a los funcionarios de Hamás.
El acuerdo también fija las condiciones para la reconstrucción de Gaza, que según el presidente palestino, Mahmud Abbas, es ahora la tarea más urgente. En una rueda de prensa ofrecida en Ramala, Abbas agradeció a Catar y al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el papel desempeñado durante las negociaciones y aseguró que la ONU iniciará de manera inmediata el envío de ayuda humanitaria al enclave, objeto de “una destrucción inimaginable”. Según datos de Naciones Unidas, más de 450.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus casas en la Franja, miles de las cuales han quedado destruidas o sufren daños estructurales que las hacen inhabitables. Además, los bombardeos israelíes han destruido gran parte de la canalización de aguas y condenado a los gazatíes a la oscuridad, con apenas seis horas de electricidad al día.
Aunque no ha sido aún confirmado oficialmente, el acuerdo ha ahondado la brecha en la coalición de gobierno israelí y afectado a la popularidad del primer ministro, Benjamin Netanyahu, que ahora deberá luchar por conservar su puesto. Los ministros de Exteriores, Avigdor Lieberman, y Economía, Naftalí Bennett, representantes de la extrema derecha y con capacidad para hacer caer el Ejecutivo, mostraron ayer su oposición al pacto.
Igual de crítica, Zahava Gal-On, dirigente del partido opositor de izquierdas Meretz, criticó a Netanyahu y culpó a su “irresponsable Gobierno” de haber puesto en bandeja la victoria a Hamás.
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