Washington - Un joven negro, cuya identidad no había sido revelada aún anoche, murió por los disparos de un policía en San Luis, en el estado de Misuri, a unos seis kilómetros de la localidad de Ferguson, donde se suceden estos días las protestas por la muerte, hace diez días, de otro joven afroamericano tiroteado por un agente. La Policía indicó que el fallecido, de 23 años, intentó robar en una tienda de comestibles armado con un cuchillo.

Según la versión policial, tras darle el alto para que soltara el cuchillo fuera de la tienda, el sujeto intentó atacar a un agente, que le disparó. El jefe del departamento de Policía de San Luis, Sam Dotson, indicó que el incidente está siendo investigado. El fallecido, que según Dotson había estado comportándose erráticamente antes del incidente, fue declarado muerto en el lugar de los hechos. Mientras, el despliegue de la Guardia Nacional no ha logrado apaciguar la tensión en Ferguson, Misuri, en el medio oeste de Estados Unidos, que el lunes vivió una de las noches de disturbios más duras desde el comienzo de las protestas raciales tras la muerte de Michael Brown, que iba desarmado cuando fue disparado por un policía -un informe forense privado encargado por la familia determinó que el joven recibió hasta seis disparos, dos de ellos en la cabeza-. Dos hombres heridos de bala, uno de ellos en la mano, y 31 detenidos fue el resultado de la fatídica jornada.

Centenares de manifestantes volvieron a ocupar la Avenida West Florissant de la localidad de Ferguson, epicentro de las protestas, con carteles que rezaban “Paren de matar a nuestros hijos” o “Mi negrura no es un arma”. La concentración comenzó pacífica, pero se tornó violenta al caer la noche. Las autoridades de Misuri acusaron a “delincuentes” llegados de otras partes del país infiltrados entre los manifestantes de ser los autores de los disparos hechos contra la policía. “Nuestros agentes fueron atacados con armas de fuego (...) Ni una sola bala fue disparada por los policías”, explicó el capitán Ron Johnson, de la Patrulla de Carreteras de Misuri, en declaraciones transmitidas por las principales cadenas de televisión. “Los manifestantes pacíficos no son el enemigo, ellos no. Pero hoy hemos tenido disparos. Dos personas han tenido que ser trasladadas al un hospital y quienes les dispararon no eran agentes”, apuntó Johnson.

La tensión comenzó a escalar a partir de las 22.00 hora local, cuando la Policía comenzó a avisar a los manifestantes de que debían despejar la calle si no querían ser arrestados, después de que varias personas lanzaran cócteles molotov, botellas y otros objetos contra los agentes. Casi dos horas después, justo antes de la medianoche, los agentes comenzaron a avanzar hacia los manifestantes, ataviados con material antidisturbios y alertando a través de los altavoces de que el área dejaba de ser segura, la gente debía volver a sus casas y los periodistas debían salir de la zona de protestas. La mayoría de los manifestantes atendieron la orden, aunque un grupo reducido de personas -menos de cien- se resistió y, en ese momento, se sucedieron los arrestos.

Sin líderes Los líderes y organizaciones negras nacionales, el clero y los dirigentes sociales locales no han logrado contener la violencia que durante los últimos días ha marcando las protestas raciales en Ferguson. “Muchos jóvenes negros sin medios para hacerse oír encuentran que las voces de la vieja guardia de dirigentes de los derechos civiles en nada se distingue del barullo político blanco”, dice en su página web el profesor de Historia de la Universidad Tufts, Peniel Joseph. Ferguson “ha expuesto la escisión generacional en la lucha por los derechos civiles”, añade Joseph, autor de una biografía del líder de los Panteras Negras en la década de 1960, Stokely Charmichael.

Barack Obama, el primer negro en llegar a la Presidencia de Estados Unidos, ha expresado su preocupación por los reiterados incidentes en los que resultan muertos jóvenes afroamericanos y ha dicho de que la violencia callejera no contribuye a la justicia. Además, la decisión del mandatario estadounidense de enviar a Eric Holder a Ferguson subraya el papel clave del titular de Justicia en medio de las tensiones raciales, un área espinosa para el gobernante y en la que el primer fiscal general negro del país quiere dejar su legado. - Efe