gaza/jerusalén - Cerca de un centenar de palestinos murieron ayer en la que ya es la jornada más sangrienta desde que comenzó la ofensiva de Israel contra Gaza, que podría convertirse en un punto de inflexión para acabar con una guerra que ya ha acabado con la vida de más de 430 personas, en su mayoría civiles gazatíes.

Ahraf el Qadra, portavoz de emergencias de la franja, destacó, además, que al menos 112 de los muertos son niños y menores de edad, 45 mujeres y 25 ancianos. Los cuerpos pudieron ser rescatados después de que las partes en conflicto aceptaran, a petición del Comité Internacional de la Cruz Roja, detener los combates y abrir durante cinco horas una ventana humanitaria para que quienes quisieran huir lo pudieran hacer y las asistencias pudieran entrar.

zona en ruinas Hasta el momento, la mayor masacre se produjo en el barrio de Shahaiya, donde más de sesenta personas murieron en un intenso bombardeo que duró al menos diez horas por parte de la aviación, la Marina de guerra y la artillería y los carros de combate israelíes. Según fuentes militares, las tropas fueron objeto durante la madrugada, de una emboscada tendida por los milicianos islamistas en este populoso y depauperado distrito del este de Gaza, donde perdieron la vida trece soldados, entre ellos dos comandantes.

La información fue anunciada y confirmada oficialmente horas después por el Ejército israelí, una vez que como exige el protocolo militar, fueran informadas las familias. Con ellos, asciende a 18 la cifra de uniformados israelíes que han muerto en combate durante esta tercera ofensiva contra el movimiento islamista Hamás desde que este se hiciera con el control de la franja, en junio de 2007. Expertos militares en Israel explicaron, por su parte, que al menos una parte de los uniformados fueron víctimas de un moderno cohete antitanque disparado contra el vehículo blindado posicionado entre el barrio y la frontera.

Después de la supuesta emboscada, cazabombarderos, helicópteros artillados, tanques y buques de guerra multiplicaron el castigo sobre las míseras calles del enclave, que este domingo eran la dramática imagen de la desolación. Ya a primera hora de la mañana, los que huían salpicados de polvo, sangre y desesperación narraban entre lágrimas y gritos un infierno que en principio era difícil de creer. Traspasado el mediodía, y aceptada por las dos partes la tregua humanitaria exigida por el Comité Internacional de la Cruz Roja, el paisaje era peor que la desolación que los huidos solo podían balbucear.

Cientos de casas destruidas, ambulancias y coches reducidos a amasijos retorcidos y carbonizados, árboles tronchados y decenas de cadáveres tirados por unas calles en las que una vez transcurrió la vida y que ayer eran un mar de cascotes y muerte. Un drama esculpido a golpe de dolor, esquirlas, pólvora y sangre en los rostros de aquellos heridos que, como un desfile de zombies, trataban de llegar a pie, o en brazos de familiares y voluntarios, a las atestadas ambulancias.

Una huida hacia ninguna parte segura en una franja con todas las puertas selladas y las escuelas albergues de la ONU abarrotadas, con más de 75.000 almas desplazadas, un 50% más de lo que al inicio del conflicto esperaban.

reacción internacional Nada más conocerse los detalles de la dramática jornada, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, anunció que viajará a Oriente Medio para negociar un cese de hostilidades. Kerry reiteró el apoyo de la Casa Blanca a Israel y dijo estar a la espera de las órdenes del presidente, Barack Obama, que “bien puede ser que me pida partir de inmediato”.

En la región ya está el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien inicio en Catar una gira por Oriente Medio que también le llevará a Kuwait, Egipto, Jordania, Jerusalén y Ramala, y en la que también tratará de impulsar un alto el fuego. Ban, que el viernes anunció el viaje por sorpresa, no descarta añadir más paradas a la gira, y no tiene previsto regresar a Nueva York hasta finales de la semana.

Tras el frustrado alto el fuego propuesto por Egipto -que Israel aceptó, pero que fue rechazado por Hamás-, varios actores regionales como Turquía y Catar tratan de impulsar una nueva iniciativa que ponga fin a la violencia en Gaza. Según la ONU, el objetivo de Ban es “expresar solidaridad con israelíes y palestinos y ayudarles, en coordinación con actores regionales e internacionales, a detener la violencia y encontrar una vía para avanzar”.

Catar es, junto a Turquía, uno de los negociadores claves, tal y como anunció el sábado el propio Hamás, después de que el grupo rechazara de plano la propuesta de paz presentada por Egipto a palestinos e israelíes.

Tres días de luto. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, declaró ayer tres días de luto en Cisjordania en solidaridad con Gaza, donde la operación militar israelí ya ha dejado más de 430 muertos y cerca de 3.000 heridos.

Hollande se justifica. El presidente francés, François Hollande, justificó ayer en nombre de la lucha contra el antisemitismo la prohibición de la manifestación celebrada el sábado en París contra la operación israelí en Gaza, que degeneró en disturbios.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró ayer que tomará cualquier medida que sea necesaria para restaurar la calma y seguridad en Gaza. Defendió que “la respuesta de Israel está siendo muy mesurada” y acusó al movimiento islamista Hamás de “apilar cuerpos para su causa; cuantos más, mejor”.

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Son los ciudadanos españoles o palestinos con doble nacionalidad que fueron evacuados ayer de la franja, desde donde viajarán a Jordania para ser acogidos por la Embajada hasta nueva orden.