Kiev - El presidente electo de Ucrania, Petró Poroshenko, se mostró ayer dispuesto a entablar negociaciones con el líder ruso, Vladímir Putin, pero descartó el diálogo con los insurgentes prorrusos, hacia los que prometió mano dura. "Rusia es nuestro mayor vecino. Parar la guerra, llevar la paz a todo el país y la estabilidad al Este sería imposible sin la participación de Rusia. Putin y yo nos conocemos muy bien", aseguró en una conferencia de prensa.

Poroshenko espera reunirse en "la primera mitad de junio" con Putin, quien aseguró que respetaría la elección del pueblo ucraniano. "No puede ser sólo un apretón de manos. Debemos preparar el formato y la agenda de la reunión. Deben producirse resultados, la gente del este los está esperando", dijo ayer el vencedor de los comicios celebrados el domingo. El nuevo líder ucraniano aseguró que dialogar con Rusia es "un paso muy responsable", ya que, "Ucrania ya ha pagado un precio muy alto por la guerra", y recalcó que Moscú ya no tiene excusas para no sentarse en la misma mesa con las autoridades de Kiev.

Ucrania tiene ahora un "presidente fuerte, que cuenta con el apoyo de la gente para defender al país", subrayó Poroshenko, en relación a su victoria con más del 54% de los votos en las elecciones presidenciales, según los resultados preliminares. Eso sí, dejó entrever que las negociaciones con el jefe del Kremlin no serán un camino de rosas, ya que insistió en que Kiev nunca reconocerá la anexión rusa de Crimea y no seguirá comprando gas ruso a los actuales "precios de locura".

"Queremos diversificar el suministro. Queremos la independencia energética", dijo, al tiempo que mencionó el acuerdo de tránsito para el suministro de gas alcanzado ya con la vecina Eslovaquia. Por otra parte, fue tajante al afirmar que "no habrá negociaciones con los terroristas" y que "aquellos que se nieguen a deponer las armas no se beneficiarán de la amnistía", en alusión a los milicianos prorrusos que combaten a las tropas gubernamentales en las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania. "Los milicianos no tienen interés en hablar con nadie. Al igual que los milicianos somalís, quieren conservar la ilegalidad. Es inadmisible. Los terroristas no representan a nadie, quieren atemorizar a todo el mundo, pues es su única forma de sobrevivir", enfatizó.

En este contexto, Poroshenko subrayó que "ningún país civilizado mantendría negociaciones con terroristas y nosotros somos un país civilizado", y recordó que el apoyo popular de los insurgentes era del 90% al comienzo de la sublevación y que ahora no llega al 50%. "El pueblo se ha dado cuenta de que ellos (los rebeldes) no defienden la lengua rusa, la federalización. Son simples bandidos, terroristas y asesinos. No dejaremos que los terroristas maten el futuro de Ucrania", agregó.

Al mismo tiempo, apoyó la continuación de la ofensiva militar contra los insurgentes, pero recalcó que "debe ser más efectiva, más corta en el tiempo y con las unidades mejor pertrechadas". "No puede durar dos o tres meses. Debe durar horas", señaló, para reconocer que su prioridad es "ganarse la confianza" del Donbass, cuenca hullera rusohablante, ya que "las armas no son suficientes" para estabilizar el este del país.

Enfrentamientos Ayer mismo estallaron nuevos combates en Donetsk después de que los milicianos rebeldes tomaran el aeropuerto de la capital regional, al tiempo que la estación de trenes tuvo que ser evacuada por enfrentamientos entre las partes. Las fuerzas leales a Kiev lanzaron un ataque aéreo con participación de cazas y helicópteros para expulsar a los insurgentes del aeropuerto. "A las 13.00 horas, se le dio un ultimátum a los terroristas que, de forma ilegal, habían entrado al aeropuerto de Donetsk. Se les comunicó que de no cumplir las exigencias de las fuerzas ucranianas, se tomarían medidas de fuerza para liberar el aeropuerto", confirmó Vladislav Selezniov, jefe de prensa de la operación que desarrollan las fuerzas ucranianas contra los bastiones separatistas prorrusos. Al no cumplirse, "se lanzó un ataque aéreo sobre las posiciones de los terroristas", agregó. Las informaciones sobre posibles víctimas mortales en ambos incidentes era confusa.

Aunque aún no ha terminado el escrutinio de los votos, Poroshenko ya recibió la felicitación de las autoridades de Alemania y Francia, mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se congratuló anoche por el coraje demostrado por los ucranianos durante las elecciones. Rusia, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró, parafraseando a Putin, que Moscú "respetará los resultados de la votación del pueblo ucraniano", aunque calificó de "error colosal" la continuación de la operación contra los bastiones prorrusos en el este del país.

Los rebeldes de la autoproclamada república popular de Donetsk se mostraron dispuestos a dialogar "con la imprescindible mediación de Rusia", pero descartan rotundamente el retorno al seno de Ucrania.