PARÍS. Junto a él estarán los presidentes de Nigeria, Goodluck Jonathan; Chad, Idriss Déby; Níger, Mahamadu Isufu; Benin, Thomas Boni Yayi; y Camerún, Paul Biya, además de representantes de la Unión Europea, de Estados Unidos y el Reino Unido.

La reunión de París, convocada por Francia a petición de Nigeria, pretende coordinar las estrategias de estos países, a menudo sin relaciones diplomáticas, para mejorar la lucha contra esta secta radical islámica, que se mueve fácilmente por las fronteras de esos Estados.

Esta colaboración, indican fuentes diplomáticas francesas, se da entre Nigeria, donde se radica Boko Haran, y su vecina Níger, que desde hace años comparten información transfronteriza e incluso organizan comandos conjuntos para atacar al grupo.

Pero esa cooperación no existe con otros países, en particular con Camerún, cuyas relaciones diplomáticas con Nigeria están congeladas y que siempre se ha negado a considerar como propio el problema de Boko Haram.

El hecho de que Biya se encuentre en la capital francesa para participar en esta cumbre es ya un avance, aseguran en París, que puede llevar a que Yuandé se implique en la lucha contra este grupo.

A corto plazo, la reunión puede servir para tratar el rescate de las 200 estudiantes, coordinado desde Abuya por un grupo de expertos enviados por Washington y Londres, entre otros.

Pero los organizadores consideran que la cumbre debe dar resultados más a largo plazo, con la puesta en marcha de estrategias conjuntas de cooperación para combatir el grupo terrorista.

En ese sentido, los países occidentales están dispuestos a ayudar a los Estados, con modernas estrategias y medios de espionaje y localización por satélite.

Francia considera obsoleta la estrategia de Nigeria para combatir a Boko Haram, basada en la represión militar con ataques indiscriminados a ciudades y que provoca muchas víctimas civiles inocentes.

Otro de los avances que pueden salir de París es que Nigeria internacionalice el problema y permita que la ONU imponga sanciones a Boko Haram similares a las que ya tiene Al Qaeda, algo a lo que por ahora se niega Jonathan.