BRUSLEAS. La corte consideró que el alcalde de Amsterdam, Eberhard van der Laan, "tiene la libertad de aplicar la política que considere necesaria para proteger el orden público" en su ciudad.
Según el tribunal, con el cierre de estos establecimientos, en los que se venden drogas blandas como el cannabis, no se está violando ningún principio de buena gobernanza.
La sentencia de hoy responde a una petición de la plataforma de dueños de bares y cafeterías "Proyecto 1012", que protestaba por el cierre o reconversión de este tipo de establecimientos en 18 calles de la capital holandesa.
El juzgado estimó que los empresarios afectados por la decisión del alcalde no tienen derecho a recibir ningún tipo de compensación porque el cierre de establecimientos por un cambio en la legislación es uno de los riesgos que entraña mantener este tipo de negocio.
En Holanda, la posesión de marihuana y hachís está despenalizada, pero su venta está prohibida por la legislación nacional.
En la práctica, esta actividad es tolerada por las autoridades y regulada por unas instrucciones del Ministerio Fiscal que establecen que los locales con la licencia necesaria no pueden tener más de 500 gramos de cannabis en "stock" ni vender más de 5 gramos por persona y día.
En los últimos años, se han tomado distintas medidas para combatir el llamado "turismo de la droga", entre las que figura limitar el acceso a los "coffee shops" a los no residentes en Holanda.