Teherán. Decenas de miles de iraníes tomaron ayer las calles del país al grito de "Muerte a América" para conmemorar el 34 aniversario de la toma de la embajada de EE.UU., en un momento en que el presidente Hasán Rohaní trata de tender la mano a EE.UU. y llegar a un acuerdo con Occidente en la cuestión nuclear.

Carteles y eslóganes antiestadounidenses llenaron ayer la Avenida Talegani, en Teherán, ante la antigua legación de Estados Unidos, tomada en 1979 por estudiantes islámicos que mantuvieron a 54 estadounidenses cautivos 444 días, provocando la ruptura de relaciones entre Teherán y Washington.

El presidente Rohaní recordaba la pasada noche a los iraníes que su país "no ha sido ni es enemigo de ninguna nación, incluido el pueblo americano", declaraciones que no evitaron que ayer resonasen gritos de "Muerte a América" y "Muerte a Israel" y la quema de sus respectivas banderas.

Según la agencia local ISNA, se registraron manifestaciones en 770 pueblos y ciudades de Irán. "Hay que gritar Muerte a América por lo mucho que EE.UU. ha hecho estos 34 años no solo contra nuestro país, sino contra todos los musulmanes", declaro Zahra, una mujer de unos cuarenta años ataviada con un chador negro. Según ella, "las negociaciones (nucleares) no van a llegar a ningún lado" porque "EE.UU. no puede borrar la sangre de los mártires".

Pese a lo radical de su mensaje, todos los entrevistados aseguraban con firmeza que sus mensajes no ibna dirigidos a los ciudadanos estadounidenses, sino a sus autoridades. "Nosotros no queremos la matanza ni la guerra. Nuestro grito de muerte es solo para los que buscan la guerra, no para el pueblo (norte)americano, sino para su gobierno", explica la joven Jamile Nurolahi, que asegura que una de sus mejores amigas vive en Estados Unidos.