praga. Los votantes de la República Checa acudieron ayer a las urnas para elegir un nuevo parlamento, en unos comicios adelantados que, a juzgar por las últimas encuestas, pueden marcar un giro a la izquierda en el país centroeuropeo. Según los sondeos, los socialdemócratas pueden convertirse en la primera fuerza política de la República Checa y gobernar el país eventualmente con el apoyo de los comunistas. "Este país ya no soporta más reformas derechistas", dijo el líder socialdemócrata, Bohuslav Sobotka, en el último debate electoral.

Los electores pueden depositar sus votos hasta la tarde del sábado. En caso de forjarse una alianza entre el partido socialdemócrata CSSD y el comunista (KSCM), sería la primera vez desde el revolución democrática en 1989 que los comunistas ortodoxos tolerarían un gobierno no comunista. Los detractores de esta opción hablaron de una "señal peligrosa" y "un giro hacia el Este".

En señal de protesta, un grupo de activistas colocó en Praga, en el lugar donde antes había un monumento a Stalin, una gigantesca caricatura del presidente de Rusia, Vladimir Putin. "No podemos permitir que se repita el oscuro pasado", advirtieron.