ROMA. La alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini, confirmaba la cifra de muertos y explicaba que entre ellos hay dos niños de pocos años y una mujer embarazada, pero advertía de que la cifra de muertos puede será mayor "pues el mar está lleno de cuerpos".

Nicolini también informó a los medios italianos que, entre los supervivientes, las fuerzas del orden han detenido a una persona que creen puede ser el traficante que les llevaba.

"Se trata de una tragedia inmensa", añadió Nicolini, quien explicó que los supervivientes han relatado que llevaban varias horas en alta mar y que no conseguían llamar para ser rescatados por lo que decidieron encender un fuego para ser localizados.

La barcaza después se incendió, muchos inmigrantes tuvieron que arrojarse al mar y posteriormente volcó, agregó la alcaldesa.

"Es un horror. No dejan de llegar barcos y descargar muertos. Los medios de comunicación tienen que venir a ver esto. Es impresionante", agregó la alcaldesa entre lágrimas mientras hablaba por teléfono con algunas televisiones.

El responsable de la Agencia Sanitaria de Palermo, Antonio Candela, que coordina las operaciones de asistencia a los inmigrantes rescatados, informaba de que se han rescatado 150 personas, entre ellas decenas de niños, alguno de pocos meses, y mujeres embarazadas.

Candela explicó que las condiciones de los supervivientes eran buenas y que aunque algunos surgían síntomas de hipotermia ninguno había necesitado ser hospitalizado.

Los inmigrantes han explicado que proceden de Eritrea y Somalia, que eran entre 450 y 500, y que habían salido de las costas de Libia.

En la operación de rescate intervienen con varias lanchas la Guardia Costera italiana y la Policía de Finanza y Fronteras italiana (Guardia di Finanza), pero también pesqueros y barcas privadas.

Durante la noche había llegado a la isla una barcaza con 463 inmigrantes indocumentados a bordo, que fueron trasladados al centro de acogida de Lampedusa, que empieza a desbordarse ya que ayer estaba al máximo de su capacidad, 700 personas.

Se trata de una nueva tragedia de la inmigración en las últimas semanas, después de que trece indocumentados fallecieron el pasado 30 de septiembre después de haber sido obligados por los traficantes a saltar de la barcaza en la que viajaban a pesar de que no sabían nadar y había un fuerte oleaje.

El grupo de 200 inmigrantes fue obligado a tirarse al mar a pocos metros de playa del "Pisciotto" de la localidad de Scicli, en la provincia de Ragusa, Sicilia.

El pasado 10 de agosto, otros seis indocumentados, entre ellos un menor de edad, fallecieron al intentar alcanzar a nado la costa de Sicilia tras haber encallado el pesquero en el que viajaban junto a un centenar de inmigrantes procedentes de Siria y Egipto.