Washington. El sueño de Martin Luther King cumple este miércoles 50 años, pero su lucha por hacerlo realidad continúa. Nadie cuestiona el progreso que los Estados Unidos han hecho en relación a los derechos de los afroamericanos en las últimas décadas. El fin de la segregación racial supuso un paso gigante para la igualdad que permitió la aparición de una clase media negra y la llegada del primer presidente afroamericano en la Casa Blanca. Aún así, el país no es una sociedad post-racial.
Los negros todavía tienen más probabilidades de vivir en la pobreza, de quedarse sin trabajo, de morir antes, de ser encarcelados o recibir una peor educación que los blancos. La segregación racial de barrios y escuelas no es legal y ha disminuido en el último medio siglo, pero persiste por la desigualdad económica que sufren tanto ciudadanos afroamericanos como latinos.
"El movimiento de los derechos civiles logró crear oportunidades para los afroamericanos, pero no ha reducido su desigualdad económica", afirma el sociólogo Tom Schapiro. La renta media de los afroamericanos es de 39.650 dólares (29.600 euros), mientras que la de los blancos es casi un 60% más alta 67.175 (50.200 euros).
Un informe reciente del Instituto de Política Económica desvela que los objetivos económicos de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad -que culminó con el célebre discurso de King- no se han cumplido. Muchos estadounidenses, especialmente afroamericanos, aún no tienen una vivienda o un salario digno.
"Para hacer un verdadero homenaje a la marcha hay que reconocer que hay demandas que no han sido satisfechas", asegura el sociólogo y autor del estudio, Algernon Austin, que recuerda que la tasa de paro de los negros (12,6%) sigue siendo casi el doble que la de los blancos (7,6%).
un sueño incumplido Esta sensación de sueño incumplido también la tienen una gran mayoría de los estadounidenses, especialmente los afroamericanos. Solo un 16%, según un sondeo reciente de Pew Research, considera que ha llegado a la igualdad racial. Por eso el pasado sábado Washington volvió a celebrar una marcha multitudinaria en recuerdo a aquel 28 de agosto de 1963 y con el mismo lema.
El reverendo Al Sharpton, un activista conocido de los derechos civiles, afirmó que la marcha era para protestar que aún existe desigualdad. "Festejar el sueño de King daría la falsa impresión de que pensamos que su sueño se ha hecho realidad y no creemos que así sea", dijo horas antes del inicio de la marcha. "Creemos que se han registrado progresos, pero todavía no estamos allí".
El avance económico de los afroamericanos ha sido considerable en los últimos cincuenta años: el porcentaje de negros que viven en la pobreza ha disminuido veinte puntos, del 48% en 1963 al 28% en 2013. Sin embargo, la tasa de pobreza de los hogares negros sigue casi triplicando la de los blancos: un 27,6% en los primeros frente a un 9,8% en los segundos.
El profesor de la Universidad de Nueva York Patrick Sharkey explica en su libro Stuck in place que la persistencia de la pobreza entre los negros está ligada al lugar donde viven. "Un 70% de los afroamericanos viven en los barrios más pobres y más segregados de Estados Unidos, y la mayoría de sus padres y abuelos vivieron en los mismos lugares", afirma el profesor Sharkley.
pobreza y discriminación "Los altos índices de pobreza y de encarcelamiento entre los negros ofrecen algunos de los mejores ejemplos de la herencia del racismo de este país", afirma Lori Martin, profesora de estudios africanos en John Jay College. Martin rechaza la idea de que los Estados Unidos son "una nación postracial" y asegura que los carteles Solo para blancos han sido reemplazados por otras formas de discriminación "más amables" con el mismo objetivo: "Privilegiar el grupo dominante y perjudicar las minorías, como los negros ".
Los negros representan un 13% de la población y, sin embargo, son un 39% de los presos en Estados Unidos. Michelle Alexander, en su libro The New Jim Crow, asegura que las causas de este gran número de negros en las cárceles son la desigualdad económica, los estigmas raciales, la discriminación policial hacia afroamericanos, y la crisis del crack de los años 80 en los guetos negros. Por otra parte, una vez cumplen su sentencia tienen muchas dificultades para reinsertarse en la sociedad.
"No hemos erradicado los prejuicios raciales", dice el profesor de sociología de la American University Leonard Steinhorn. Por este académico, el racismo es una de las explicaciones de la tragedia de Trayvon Martin, el joven negro de Florida que fue asesinado por un vigilante hace un año y medio. A pesar de todo, Leonard Steinhorn se muestra esperanzado, ya que una mayoría de las nuevas generaciones "considera la intolerancia y discriminación racial inmoral".
Los estereotipos raciales, sin embargo, son sólo una parte del problema. Steinhorn asegura que la integración racial del país no es real y pone dos ejemplos: la permanencia de guetos negros en las ciudades o el hecho de que casi un 70% de los estudiantes negros vayan a una escuela donde su raza es la predominante.
Este miércoles, en lo alto de la escalinata del monumento al presidente Abraham Lincoln y en el mismo lugar donde el reverendo Martin Luther King entonó su famoso discurso I have a dream (Tengo un sueño), Barack Obama, el primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos, recordará cincuenta años después que todavía queda mucho por hacer.
Un hombre porta un retrato de Martin Luther King. Foto: AFP