madrid. La Comisión Europea (CE) analizará en Gibraltar, a petición de España, el contrabando y blanqueo ilegal que ha llevado a España a reforzar su control fronterizo, así como el lanzamiento por parte del Peñón de bloques de hormigón al mar. Veinticuatro horas después de la conversación telefónica entre el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, Bruselas dio nuevos detalles de su misión a Gibraltar en septiembre.

Tal y como solicitó durante la conversación el líder del Ejecutivo español, los técnicos de la Comisión Europea estudiarán los niveles de blanqueo y contrabando ilegal de mercancías a los que se enfrentan las autoridades aduaneras españolas en el Peñón. Para ello, la misión de técnicos comunitarios incluirá especialistas del gabinete de la comisaria de Interior, Cecilia Malmstrom; del comisario de Aduanas, Algirdas Semeta, y de la Oficina Antifraude Europea (OLAF). "La misión será conducida por los servicios de la comisaria Malmstrom, porque para nosotros es un tema esencialmente de control de fronteras, y también en asociación con los servicios del comisario Semeta, para cubrir la dimensión aduanera y también la lucha contra el tráfico de mercancías, como se discutió ayer explícitamente", señaló el portavoz de la CE Olivier Bailly.

Aunque será la CE la que dirigirá la misión, Bailly indicó que las autoridades españolas y británicas también podrán participar con "la fórmula que consideren". Sobre la fecha de la misión, el portavoz apuntó que se baraja mediados de septiembre, aunque se está intentando avanzarla si es posible, aunque, "en cualquier caso, no estará lista en una semana".

Otra misión Por otro lado, la CE informó de que ha recibido una queja formal de las autoridades españolas contra el Reino Unido por el lanzamiento de bloques de hormigón al mar. Esta cuestión será tratada de forma independiente a la misión que Bruselas enviará a la zona para estudiar los controles fronterizos y cuestiones aduaneras. "Se tratará de forma específica y separada a raíz de una queja sobre la construcción de un arrecife artificial que recibimos del ministro español de Agricultura y Medio Ambiente el pasado 31 de julio", explicó Bailly. Según su testimonio, desde el momento en que Bruselas recibe una queja formal de un Estado miembro debe poner en marcha un "procedimiento específico" que, eventualmente, podría dar pie a un "procedimiento de infracción".

Este asunto fue uno de los que planteó Rajoy en la conversación que mantuvo el lunes con Durao Barroso.

Medio centenar de pesqueros españoles participaron el pasado domingo en la protesta contra el lanzamiento de bloques de hormigón. Foto: efe

El 'bunkering'

l Carta el 31 de julio. A fecha 31 de julio, el ministro español de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, envió una carta al Ejecutivo comunitario denunciando el lanzamiento de bloques de hormigón y alertando de que se estaría vulnerando la normativa europea medioambiental de fondos marinos. Es a esta carta a la que responde ahora la Comisión.

l Pérdidas en pesca. España considera que el lanzamiento de bloques de hormigón en las aguas de la bahía de Algeciras para crear un arrecife artificial perjudica a los pescadores locales, que han protagonizado ya protestas, y cercena su principal medio de vida.

Londres no hablará de soberanía

Reino Unido rechazó ayer la propuesta formulada por el Gobierno español de mantener conversaciones bilaterales sobre la soberanía de Gibraltar y defendió que en todo caso debería haber un diálogo entre España y el Peñón sobre asuntos pesqueros. En un artículo en The Wall Street Journal, el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, defendía que "el diálogo debe ser bilateral y respetar las leyes internacionales. España está preparada para reiniciar este diálogo. Estamos dispuestos a aceptar la creación de foros ad hoc en los que otras autoridades, como el Gobierno de Gibraltar y la Junta de Andalucía, puedan participar para tratar áreas en las que tengan competencias". Sin embargo, el Gobierno de David Cameron dejó ayer claro que Londres no está dispuesto a entablar conversaciones sobre el asunto. "La soberanía está clara en nuestras mentes", defendió.