LONDRES. "Hace unos dos meses, altos cargos del Gobierno contactaron conmigo, asegurando que representaban el punto de vista del primer ministro. Después vinieron dos reuniones en las que me exigieron que entregara o destruyera todo el material sobre el que estábamos trabajando", ha escrito el editor de 'The Guardian' Alan Rusbridger.
El periodista británico ha añadido que, aunque el tono de estas reuniones fue "cordial", "hubo una amenaza implícita de que otros dentro del Gobierno y del Parlamento estarían a favor de un enfoque más draconiano" en este asunto.
Un mes después, recibió una llamada "del centro del Gobierno". "Ya habéis tenido vuestra diversión, ahora queremos todo de vuelta", dijeron los interlocutores, en alusión al material filtrado por el ex espía estadounidense.
A ello siguieron varias reuniones con "misteriosos miembros del Parlamento". "La demanda era la misma: 'Entregad el material de Snowden o destruidlo'. Entonces les expliqué que, si lo hacíamos, no podríamos seguir investigando e informando. Parecían desconcertados. 'Ya habéis tenido vuestro debate, no hay necesidad de escribir nada más'", ha relatado.
Rusbridger ha indicado que durante una de estas reuniones preguntó directamente si, en caso de 'The Guardian' no accediera a dicha petición, estaban dispuestos a acudir a la vía judicial. "Los funcionarios confirmaron que esa era exactamente la intención del Gobierno", ha apuntado.
"Entonces, les expliqué la naturaleza de la colaboración internacional entre periodistas y del modo en que actualmente se aprovechan las empresas mediáticas de los ambientes legales más permisivos. Sin rodeos: no tenemos por qué informar desde Londres", ha señalado.
Rusbridger ha recordado que permanecieron inmóviles y que "entonces tuvo lugar uno de los momentos más bizarros de la larga historia de 'The Guardian'". "Dos expertos en seguridad (de los servicios de Inteligencia británicos) supervisaron la destrucción de los discos duros del sótano para asegurarse de que no había ningún 'bit' de interés para los agentes chinos", ha aseverado.
En este contexto, ha adelantado que "vamos ha seguir haciendo un paciente y minucioso informe sobre los documentos de Snowden, solo que no lo haremos en Londres".
"El Estado que se está erigiendo en un formidable aparato de vigilancia hará todo lo posible para evitar que los periodistas informen de ello. Muchos periodistas ya lo han visto, pero me pregunto cuántos han entendido el peligro que supone una vigilancia total. Todavía no estamos ahí, pero puede que no tardemos mucho en que sea imposible tener fuentes confidenciales", ha alertado.
"Aquellos colegas que denigran a Snowden o que dicen que los periodistas deberíamos confiar en el Estado, quizá algún día tengan un cruel despertar. Algún día su información, su causa, serán atacadas", ha añadido.
RETENIDO EN HEATHROW Rusbridger se ha pronunciado después de que las autoridades británicas retuvieran a David Miranda, pareja sentimental de Glenn Greenwaald, uno de los periodistas que ha dado cobertura a las filtraciones de Snowden, cuando estaba en el Aeropuerto Internacional de Heathrow como pasajero en tránsito desde Berlín a Río de Janeiro.
Al parecer, le han detenido al amparo del artículo siete de la Ley Antiterrorismo de 2000, que permite a los funcionarios que trabajan en controles de inmigración en las fronteras retener e interrogar a cualquier individuo por un máximo de nueve horas.
Transcurrido este tiempo, tras el cual el individuo debe ser arrestado formalmente o liberado, Miranda ha podido continuar su viaje, pero sin su equipo electrónico, que incluye un ordenador portátil, un teléfono móvil, una cámara fotográfica, una consola y varias tarjetas de memoria y DVD.
Greenwald y Poitras han escrito una serie de artículos para el diario británico basándose en el material de Snowden sobre el espionaje estadounidense y, también, sobre el espionaje de los servicios de Inteligencia de Reino Unido.
CASO SNOWDEN Snowden se convirtió en un personaje público el pasado 7 de junio, cuando reveló que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) posee un programa llamado PRISM con el que accede a los servidores de nueve empresas de Internet, con su consentimiento, para recabar información útil para Inteligencia.
Cuando la noticia se publicó, el ex agente de Inteligencia estaba en Hong Kong, pero una semana después decidió abandonar la ex colonia británica rumbo a Moscú, donde ha permanecido en el Aeropuerto Internacional de Sheremetyevo como "pasajero en tránsito".
Snowden solicitó asilo político a 21 países, entre ellos España, pero finalmente fue Rusia quien se lo concedió el pasado 1 de agosto por una duración máxima de un año, aunque subrayando que espera que no afecte a las relaciones con Estados Unidos.