París. Las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, han utilizado en repetidas ocasiones armas químicas contra las milicias insurgentes y contra la población civil en Damasco en los últimos meses, según denuncia este lunes el diario francés Le Monde, que asegura que uno de sus fotógrafos se vio directamente afectado por los gases tóxicos. "Escuchamos una explosión, notamos el olor e inmediatamente comenzamos a tener problemas para respirar. Se nos nubla la vista y nos duele la cabeza", relata uno de los combatientes rebeldes, Abdalá, en declaraciones al rotativo francés. El diario asegura que uno de sus propios fotógrafos ha sufrido los efectos de los gases tóxicos en el barrio de Jobar, cuando acompañaba a los milicianos insurgentes. El 13 de abril el fotógrafo vio a los combatientes toser durante los combates entre las casas en ruinas de Jobar. Inmediatamente se pusieron las máscaras de gas, pero ya habían inhalado el gas, por lo que muchos comenzaron a caer asfixiados y a vomitar. El propio fotógrafo sufrió durante cuatro días de visión borrosa y trastornos respiratorios.

Un médico sirio, identificado como Hassan, asegura que ha tratado a más de una veintena de afectados por los gases procedentes de Jobar. "Decían que tenían problemas para respirar. Tenían sarpullidos, los ojos rojos y las pupilas contraídas. Sufrían náuseas, vómitos y algunos tosían sangre", ha relatado. El médico ha explicado que han tomado muestras de sangre, orina y cabello para que sean analizadas y se determine qué tipo de veneno se utilizó.

Otro médico, que se hace llamar Zamir, relata bajo condición de anonimato que tras la manifestación del 24 de marzo en Adra, otro barrio de Damasco, murieron dos personas y recibieron otros 39 pacientes con síntomas de intoxicación. Todos ellos fueron tratados con atropina, una sustancia que sirve de antídoto al gas sarín y respondieron bien al tratamiento, aunque no se ha podido confirmar el tipo de químico utilizado en el ataque. "En los dos meses que hemos pasado informando desde las afueras de la capital siria hemos sido testigos de casos similares en una vasta región", señala el reportaje de 'Le Monde'. "Su gravedad, su mayor frecuencia y la táctica de utilizar estas armas demuestra que no es sólo gas lacrimógeno, que ya se usa en todos los frentes, sino productos de un tipo diferente, mucho más tóxicos", relata.

Cada vez más evidencias El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, aseguró ayer que existen sospechas "cada vez más fuertes del uso localizado de armas químicas" en Siria. Fabius, que participó ayer en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE, señaló que París está tratando de verificar esas informaciones de "la forma más precisa" y está consultando con sus socios "para ver las consecuencias concretas que podemos extraer", explicó a la prensa en Bruselas.

En los últimos días, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza opositora, volvió a denunciar el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad. En concreto, señalaron el uso de "gases químicos tóxicos" en la población de Adra, ubicada cerca de Damasco.

En los últimos meses, el Gobierno sirio y los rebeldes se han cruzado acusaciones sobre el uso de armamento químico. Sin embargo, el comité de investigación puesto en marcha por la ONU dijo a primeros de mayo que no ha obtenido "evidencias concluyentes" de que alguna de las partes haya utilizado ese tipo de armas. Ayer mismo, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, subrayó que no hay pruebas de que el régimen de Damasco haya empleado armas químicas contra la oposición.

Fabius dejó Bruselas antes del fin de la reunión sobre Siria para reunirse en París con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.