washington. Los hermanos de Ariel Castro, acusado la semana pasada por la violación y secuestro de tres mujeres durante una década en Cleveland (Ohio), aseguran que su familiar es un "monstruo" que les ocultó lo que hizo durante años y confían que "se pudra en la cárcel". En una entrevista con la cadena CNN, Pedro y Onil Castro revelaron además que, a lo largo de la última década, su hermano nunca les dejaba pasar más allá de la cocina cuando iban a visitarle, y mantenía resguardado el resto de la casa con cortinas con el argumento de que así "se mantenía mejor el calor".

"Espero que se pudra en esa cárcel", dijo Onil. "Ni siquiera quiero que le quiten la vida. Quiero que sufra en esa cárcel hasta el último momento. No me importa si le dan de comer siquiera. Lo que ha hecho a mi vida y a la de mi familia" no tiene nombre, agregó.

Pedro, por su parte, asegura "sentir lo mismo" pese a que "quería muchísimo" a Ariel, acusado del secuestro y la violación de Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight. Los hermanos de Ariel fueron detenidos por la policía junto al presunto violador el pasado lunes 6, pero el jueves quedaron en libertad cuando los investigadores decidieron que no eran cómplices del suceso. Durante esos tres días, no obstante, sus fotografías fueron divulgadas junto a la de su hermano en todo el mundo, y se han visto obligados a trasladarse a un lugar no divulgado tras haber recibido pedradas a sus casas en Cleveland y amenazas de muerte por internet.

"Todavía no me he dado cuenta del todo lo que está ocurriendo y por qué ha ocurrido", señaló Onil. "Y ahora estoy fuera (de la cárcel), pero no estoy libre. Sigo encerrado en algún sitio". "Esto me ha destrozado el corazón. Me ha matado. Soy un cadáver andante ahora mismo", aseveró Onil, mientras que Pedro coincidió en que él también se siente "aún encerrado". "No está bien que nos envíen amenazas de quemar nuestras casas, de matarnos", indicó Pedro. "Ya tienen a su monstruo, por favor dennos nuestra libertad".

Ambos sostienen que, a lo largo de la última década, no vieron "ninguna señal" de que Ariel mantenía ocultas a las tres jóvenes y a la niña que él mismo había concebido junto a Berry. "No le visitaba mucho, pero cuando lo hacía, nunca me dejaba pasar más allá de la cocina", apuntó Pedro. "La única razón por la que entrábamos en la cocina es porque tenía alcohol. Me llevaba a la cocina y me daba un chupito", continuó.

El resto de la casa de 130 metros cuadrados estaba protegida por cortinas, algo que Ariel explicaba como medida de ahorro de energía, según Pedro Castro. "Decía que quería mantener el calor en la cocina por la factura del gas", explicó, y añadió que su hermano siempre tenía la radio o la televisión encendidas en la cocina, por lo que "no podías oír nada más".