Londres. Apenas dos semanas después de la muerte de la exprimera ministra Margaret Thatcher, tal y como acordó la política con el periodista Charles Moore, se publicó ayer su libro Margaret Thatcher, una biografía autorizada, basado en el acceso privilegiado que tuvo el exdirector del Daily telegraph a la antigua dirigente conservadora y a su familia y entorno.

El libro revela datos nunca antes sabidos de la vida personal de la dama de hierro, como por ejemplo, que su matrimonio con Denis Thatcher estuvo amenazado cuando éste contempló la posibilidad de divorciarse al sufrir una depresión nerviosa por exceso de trabajo. Pero da también nuevos datos sobre las políticas que Thatcher usó al frente del Reino Unido, como que negoció en secreto con el IRA Provisional en 1980 y 1981, durante las huelgas de hambre en las que perdieron la vida una decena de prisioneros del ejército republicano irlandés.

Preocupada por que esta información llegara a la luz, Thatcher aprobó este mensaje en julio de 1981: "Si la respuesta que recibimos no es satisfactoria y hay alguna referencia pública a este intercambio, negaremos que haya sucedido".

Si bien hasta ahora se sabía que el partido de Thatcher había mantenido contactos secretos con miembros del IRA y el Sinn Fein desde 1990, cuatro años antes del primer alto el fuego, el libro revela que Margaret Thatcher decidió dejar abierto un "canal secreto" de contactos con el IRA desde el inicio de su mandato. Se constata así el doble juego de Thatcher con el IRA Provisional, en contraste con sus declaraciones contra el diálogo con los terroristas, ya que después de su caída, en 1994, Thatcher no dudó en criticar el recibimiento de Bill Clinton al ex miembro del IRA y líder de Sinn Fein Gerry Adams. "Ninguna democracia debería tender la mano a los terroristas", dijo entonces.

Romper las reglas Por otro lado, el libro de Moore sirve como testigo de las disputas internas en el partido conservador por el carácter autoritario del mandato de Thatcher.

Al poco de llegar al poder, su asesor John Hoshkyns le acusó de romper "todas las reglas masculinas de buena gestión" y le advirtió que estaba creando "un barco infeliz" que amenazaba con hundirse con ella.

El libro recoge también que antes de dimitir como ministro de Exteriores por la guerra de las Malvinas, lord Peter Carrington le confesó al secretario personal de Thatcher, Clive Whitmore: "Si tengo algún problema más con esta mujer pequeña burguesa y jodidamente estúpida, me acabaré marchando".

La aversión de ciertos sectores de su partido se filtra también en comentarios como el de John Kerr, secretario personal del titular del tesoro, enemigo declarado de Thatcher, que insinúa que la primera ministra estaba "hasta arriba de whisky" durante su intervención parlamentaria sobre la situación económica en el otoño de 1981.

Las observaciones de su asesor John Hoshkyns en sus primeros meses en el Gobierno son también reveladoras: "Su credibilidad y sus prestigios se están evaporando muy rápido", le llegó a advertir durante las tensiones por su política económica en su primer presupuesto.

La biografía detalla también el tira y afloja de Thatcher con lord Carrington y el enviado especial a las Malvinas, Nick Ridley, que llegó a reconocer que el interés de Londres por las Falklands era nulo "porque no producían vino".