caracas. Han sido sólo 10 días, la campaña electoral más corta en la historia de Venezuela pero quizá la más intensa. Tras años de liderazgo de Hugo Chávez, el país cambiará de presidente este domingo aunque puede que no de modelo. Su sucesor moral, Nicolás Maduro, trata de convertirse también en el sucesor real mientras que el candidato opositor, Henrique Capriles, busca aprovechar la ausencia del comandante para dar un giro al país. Un Chávez ausente en vida pero no en espíritu ya que ha sido el gran protagonista de la campaña donde lo que no ha habido han sido propuestas por parte de ninguno de los dos candidatos.

Quien más presente ha tenido al difunto presidente ha sido su sucesor, Nicolás Maduro. Y no sólo en sus discursos, también en forma de "pajarito". El presidente encargado ha querido representar así la figura del desaparecido Chávez después de que, según relató, se le apareciera "en forma de pajarito chiquitico" durante una visita a la casa del hasta ahora presidente.

Desde ese momento Maduro siempre ha representado a Chávez, como si del Espíritu Santo se tratara, en forma de pájaro. Un símbolo que ha intentado explotar al máximo hasta el punto de que él mismo ha reconocido que algunos asesores le han recomendado que "deje de silbar". "Vamos a hacerle caso a los asesores, no voy a silbar más porque le cae muy mal al pueblo, lo desmotiva", comentó, en uno de sus últimos mítines.

Maduro intenta así dejar de ser el silbido de Chávez para tener una voz propia. Y es que su gran reto ha sido demostrar que está a la altura de su predecesor a pesar de la falta de carisma que se le atribuye. Un hombre que debe pasar de ser el conductor de autobús que acompañaba a Chávez a ser el nuevo líder y presidente de Venezuela.

Pero esa no ha sido la única referencia religiosa que ha realizado Maduro quien ha llegado a presentar a Chávez como un Mesías. "Hace 2000 años, un día como hoy, los discípulos de Jesucristo se dejaron llevar por el dolor, algunos incluso llegaron a dudar de la existencia de nuestro Dios. Eso mismo sentimos nosotros aquel 5 de marzo a las 4.25 de la tarde", dijo en una comparecencia.

la oportunidad del cambio Para los opositores al chavismo esta es su gran oportunidad. Las elecciones que pueden enterrar este modelo y colocar a sus detractores en el poder. Una oportunidad que está representada en Henrique Capriles, el candidato opositor y que ya fue la esperanza del cambio hace sólo seis meses.

En las últimas elecciones presidenciales celebradas en octubre los opositores al régimen se volcaron con la candidatura de Capriles e incluso tuvieron esperanzas de derrotar a Chávez tras años de liderazgo. Sin embargo, no lo consiguieron aunque sí lograron alcanzar la cifra récord de seis millones de votos, sólo diez puntos por debajo del comandante.

A pesar de que Capriles busca lograr el cambio, el protagonista de su campaña ha vuelvo a ser Chávez. Lo que ha variado es el punto de vista ya que el candidato opositor ha intentado demostrar que Maduro no es igual que su predecesor.

Su principal ataque ha sido asegurar que su contrincante, que siempre ha estado bajo el ala de Chávez, carece de capacidad de gobernar. Algo que él asegura tener como Gobernador del estado norteño de Miranda, uno de los estados más importantes de Venezuela.

Además Capriles también ha denunciado una falta de igualdad durante la campaña ya que ha asegurado que no lucha contra un partido sino contra el Estado, cuyo presidente encargado es también el candidato oficialista. "No tengo en frente un liderazgo, tengo en frente los recursos del Estado, descaradamente, como nunca antes se había visto algo similar", declaró en un acto electoral.

Dentro de ese aparato estatal que Capriles cree que tiene en contra también está el Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre el que sospecha el candidato opositor. Capriles ya ha anunciado que pedirá que se repita el recuento si ve alguna sospecha de irregularidad.

Tanto es así que incluso ha llegado a rechazar firmar un pacto, propuesto por el CNE, comprometiéndose a respetar los resultados que este organismo anuncie el próximo domingo.

En cuanto a su estrategia, Capriles ha realizado una campaña similar a la de las elecciones presidenciales de octubre, acudiendo puerta a puerta para conseguir el voto. Algo que no ha sido incompatible con los baños de masas que también se ha dado. Algo que no hizo en octubre por falta de apoyos pero que ahora ha sido un elemento fundamental para intentar demostrar que el apoyo a Maduro es menor que el que tenía su antecesor.

una campaña polémica La campaña electoral venezolana ha tenido mucha intensidad a pesar de su corta duración de sólo diez días.

Sin embargo, muchos analistas apuntan a que el primer acto electoral podría haberse producido antes incluso de la muerte de Chávez, cuando Maduro denunció que "los enemigos de la patria" habían inducido el cáncer al comandante. Una forma de convertir al difunto presidente en un mártir y empezar a ensalzar su figura.

En las últimas horas de campaña, la polémica ha llegado tras los ataques que han sufrido varios seguidores de Capriles, según él, por parte de la campaña de Maduro. El último de ellos ha sido un tiroteo entre quienes asistían a un acto de cierre de campaña del candidato opositor. Unos encapuchados montados en motocicleta atacaron a las personas que volvían de este acto y causaron 14 heridos.

Capriles ya ha denunciado que la última baza de Maduro será el miedo. "En estas próximas horas van a ver cómo van a aumentar los rumores, van a empezar a generar campañas para que las personas empiecen a sentir miedo", denunció.

Unas horas que acabarán el próximo domingo cuando se celebren unas de las elecciones presidenciales más importantes de la historia de Venezuela. Las primeras en años sin Chávez donde los ciudadanos deberán decidir si continuar con el modelo que instauró, representado en Maduro, u optar por el cambio que quiere encarnar Capriles.