jerusalén. El Parlamento israelí dio ayer su respaldo al tercer Gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, por 68 votos a favor y 48 en contra, en una votación en voz alta y por orden alfabético en la que los ultraortodoxos hicieron oír sus airadas protestas por haber sido excluidos del mismo. Netanyahu destacó en su discurso que este gobierno deberá lidiar con "las amenazas más grandes" que Israel ha afrontado hasta ahora, terminología con la que suele referirse al programa nuclear iraní y a la posible transferencia a grupos terroristas de armas no convencionales del arsenal militar sirio. Su máxima prioridad -dijo- será en ese sentido "proteger la seguridad del país y de sus ciudadanos". A dos días de la llegada a la zona del presidente estadounidense, Barack Obama, Netanyahu también habló brevemente sobre el problema palestino, respecto al que subrayó que su Gobierno está dispuesto a un "compromiso histórico" a cambio de "una paz verdadera". "Estamos dispuestos a negociar con un socio palestino honesto (...) y a un compromiso histórico que ponga fin al conflicto de una vez por todas", afirmó el primer ministro, que poco después de la votación juró su cargo por tercera vez. Un reparto más equitativo del servicio militar y la reducción del coste de la vida, que castiga especialmente a la clase media tuvieron también espacio en su discurso.