WASHINGTON. Un equipo médico estadounidense anunció este domingo haber curado a un bebé con VIH gracias a un cóctel de fármacos estándar, administrados nada más nacer. Este logro, presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas celebrada en Atlanta (EEUU), abre la puerta a una nueva vía para erradicar la infección por el VIH.

La paciente, una niña de Mississippi que nació con el VIH, fue tratada nada más nacer en el Universidad de Mississippi Medical Center en Jackson, donde estuvo bajo el cuidado del doctor Hannah Gay, un pediatra especializado en VIH quien decidido, teniendo en cuenta que su madre no había recibido ningún tratamiento prenatal del VIH, un cóctel de tres fármacos estándar.

Lo normal es que en un embarazo con posible infección al feto se ponga en tratamiento a la madre infectada por el VIH para reducir el riesgo de transmisión a su hijo, sin embargo la madre desconocía que estaba infectada, algo que se supo tras nacer el bebe que fue tratado 30 horas después de conocer su riesgo de infección.

Los investigadores creen que el uso temprano del tratamiento antiviral tuvo efecto en la curación del bebé al atacar las células conocidas como reservorios virales, que se encuentran inactivas y fuera del alcance de los medicamentos estándar.

Estos depósitos reavivan la infección en pacientes que dejan la terapia, y son la razón de que la mayoría de las personas con VIH necesiten tratamiento de por vida para mantener la infección bajo control.

Después de iniciar el tratamiento, el sistema inmunológico del bebé respondió satisfactoriamente, y las pruebas mostraron que los niveles del virus fueron disminuyendo hasta ser indetectable 29 días después del nacimiento. El bebé recibió un tratamiento regular durante 18 meses, pero luego dejó de acudir a la consulta durante 10 meses por decisión de la madre. Cuando la niña fue a la consulta no presentaba niveles detectables de VIH en las pruebas de sangre ni en las de anticuerpos específicos contra el VIH, que es el indicador estándar de la infección.

"En ese momento, supe que se trataba de un caso muy inusual", dijo el doctor Gay, quien pidió ayuda a su colega la doctora Katherine Luzuriaga, de la Universidad de Massachusetts, con la que realizó una serie de pruebas sofisticadas en el laboratorio para confirmar los datos anteriores. En dichas pruebas, como el cultivo de células de la niña, no encontraron rastro del virus.

Entonces, buscaron el ADN del VIH, lo que indica que el virus se ha integrado en el material genético del paciente pero se presentó niveles tan bajos que era justo por encima del límite para detectarlo.