Edimburgo. El Gobierno escocés de Alex Salmond publicó el pasado martes su hoja de ruta para la independencia de Escocia tras el referéndum que tendrá lugar en otoño de 2014, en la que detalla un proceso que culminaría con la separación de facto del Reino Unido en 2016. Según el documento, en caso de obtener el voto favorable en el plebiscito, los partidos políticos y la sociedad civil escoceses entrarían en una negociación con el Gobierno de Londres para formar una plataforma constitucional que permitiera separar las instituciones y los recursos.

Tras este periodo de transición, en el que el Parlamento británico tendría la función de rescindir el Tratado de la Unión -que constituyó el Reino Unido en 1707-, se proclamaría la independencia de Escocia en marzo de 2016, tras lo cual, en mayo, se celebrarían las primeras elecciones. Posteriormente, según la hoja de ruta del Gobierno escocés, se formaría el primer Parlamento independiente y se redactaría una Constitución escrita, que consagraría, entre otras cosas, la existencia de una Escocia independiente bajo la monarquía actual.

También se definiría la relación con la Unión Europea y la OTAN y, si fuera la voluntad del pueblo escocés, podrían ilegalizarse las armas de destrucción masiva -una reclamación de muchos escoceses que se oponen a la presencia en el territorio del sistema británico de disuasión nuclear-, según indica el documento. En el texto, prologado por la viceministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, se pide al Gobierno británico que participe desde ahora en un debate "preparatorio" de la transición en caso de que los escoceses elijan la independencia el año próximo.

No obstante, el Ejecutivo de David Cameron ha subrayado que no "prenegociará" la independencia, si bien ha aceptado, al igual que el Gobierno de Edimburgo, la recomendación de la Comisión Electoral de aclarar para los electores el panorama que quedaría después del referéndum. La semana pasada, el Gobierno escocés aceptó reformular la pregunta del referéndum por consejo de la Comisión Electoral, que juzgó que la planteada inicialmente -"¿Está usted de acuerdo en que Escocia debería ser un país independiente?"- no era neutral. En su lugar, ahora se preguntará: "¿Debería Escocia ser un país independiente? Sí o no".

El Gobierno de Alex Salmond someterá en marzo su proyecto de ley sobre el referéndum a la aprobación del Parlamento de Holyrood, después de que el mes pasado la Cámara de los Comunes aprobara traspasar a Edimburgo la potestad para regular la consulta.