Bruselas. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, subrayó ayer que el repliegue de las fuerzas aliadas de Afganistán estará marcado por "el rigor, la reflexión y la coordinación" y reflejará en todo momento "la evolución de la situación sobre el terreno". Rasmussen, que ayer presidió una reunión de los ministros de Exteriores de los países que participan en la misión internacional en Afganistán, defendió así una vez más que la Alianza no se apresurará a la hora de dejar el país asiático, a pesar de que varios países como Francia han acelerado su retirada. París ha dado ya por concluidas sus operaciones de combate en Afganistán, aunque aún mantiene allí militares con otras funciones. "A mediados de 2013 las fuerzas afganas asumirán la responsabilidad principal de la seguridad en todo el país. En los próximos dos años, a medida que los afganos continúen avanzando, los soldados de la ISAF -la misión de la OTAN- podrán comenzar a retirarse", recordó Rasmussen.

El objetivo de ese proceso es que el grueso de las fuerzas internacionales hayan dejado el país para finales de 2014, cuando la OTAN pondrá fin a su misión de combate y la sustituirá por otra, más pequeña, centrada en el entrenamiento y formación de militares afganos. Rasmussen explicó que los trabajos de planificación de ese nuevo operativo avanzan en cooperación con ocho socios no miembros de la Alianza que se han declarado dispuestos a participar. Los ministros de Exteriores de la OTAN y de los 22 países que la apoyan actualmente en Afganistán repasaron ayer en Bruselas el curso de la misión. Según el secretario general, la "estrategia está funcionando" y el calendario se está cumpliendo, con el Ejército afgano a cargo ya de la seguridad del 75% de la población del país y liderando el 80% de las operaciones militares.

Siria Además de Afganistán, los ministros también hablaron de otro conflicto: el de Siria. Al respecto, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, advirtió al régimen de Bashar al Asad de que, si llega a utilizar armamento químico, será "una línea roja" y una responsabilidad sobre la que tendrá que responder. "La comunidad internacional está unida y preocupada ante un régimen cada vez más desesperado que podría usarlas o perder su control a manos de los numerosos grupos" que actúan en el país, señaló Clinton al término de la reunión de ministros en Bruselas.

Ya el pasado lunes, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, alertó a Al Asad de que el uso de armas químicas sería inaceptable y "tendría consecuencias", y el martes lo hizo Rasmussen. Posteriormente, el régimen de Damasco aseguró que no va a utilizar contra su pueblo armas químicas "bajo ninguna circunstancia". Clinton, que asistió a su última reunión como secretaria de Estado ante la OTAN tras decidir que no proseguirá en ese cargo en la segunda Administración Obama, instó también al presidente sirio a entablar un proceso de transición democrática. Según la jefa de la diplomacia de EE.UU., "el régimen de Al Asad tiene que decidirse a participar en el proceso de transición y a abandonar el uso de las armas contra su pueblo".