NUEVA YORK. El agravamiento del suministro de gasolina se ha convertido en uno de los principales problemas tras el paso del huracán Sandy, ya que cada vez hace más frío y millones de personas siguen sin electricidad y calefacción.
En el vecino estado de Nueva Jersey, el gobernador Chris Christie anunció la pasada noche que en una docena de condados del norte se limitará el suministro de gasolina en función del último número de la placa de matrícula y del día del mes (pares e impares).
Los camiones se desplegarán en cinco puntos, algunos de ellos en las áreas más afectadas de Nueva York, y repartirán gasolina directamente de la cisterna a los vehículos, aunque con un límite de 10 galones (38 litros) por cada uno.
Las colas en las gasolineras se han extendido durante varias horas en esta ciudad.
Una estación de servicio de la Primera Avenida tenía la pasada noche una fila de trece calles de extensión, y esta mañana un coche de la policía anunciaba por su megáfono a los automóviles que hacían cola que ya no quedaba suministro.
"Llevo desde las cuatro de la mañana haciendo fila", se lamentaba un conductor a un canal local de televisión cuando se disponía por fin a repostar.
En Washington, la Agencia de Logística de Defensa anunció que comprará 27,7 millones de litros de gasolina y diesel para enviar a las zonas más afectadas por el huracán y complementar la acción del sector privado.
Cuomo pidió hoy a los neoyorquinos que "no tengan pánico", ya que la reapertura del puerto de Nueva York permite ya la llegada de buques cisterna con combustible para su distribución.
Mientras, aproximadamente 2,2 millones de abonados de los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut siguen sin electricidad.
Todo el sur de la isla de Manhattan ha recuperado el suministro, anunció Cuomo en una rueda de prensa, en la que volvió a urgir a las empresas eléctricas a mejorar su funcionamiento si quieren mantener la licencia del estado.
"Los ciudadanos están disgustados. Pagan sus facturas y quieren electricidad", recalcó el gobernador.
Cuomo explicó que el 80 % del servicio de metro de Nueva York está ya funcionando.