Washington

El candidato republicano estadounidense Mitt Romney se encuentra con la espalda contra la pared en la campaña electoral: las encuestas le atribuyen una clara derrota contra el presidente y candidato demócrata Barack Obama. Los últimos sondeos horrorizan a los estrategas de la campaña republicana, ya que apenas le podría ir peor a su candidato: en casi todos los estados decisivos se sitúa claramente por detrás de Obama, lo que ha hecho que en el partido se extienda el pánico.

Muchos conservadores ya dan la carrera electoral por perdida y abandonan "como ratas el barco que se hunde", como dijo un comentarista en la emisora de televisión MSNBC, de tendencia de izquierdas. Otros intentan, sin embargo, despertar con sacudidas y encendidos llamamientos al candidato y muchos ven su última oportunidad en palabras de aliento. Quizá quien más claramente expresó lo que muchos republicanos piensan fue el bloguero ultraconservador Erick Erickson.

"Estoy bastante seguro de que el equipo de Romney sabe que pierde. Y estoy seguro de que no saben lo que pueden hacer para evitarlo", escribió en Twitter. En realidad, la campaña electoral debería estar en su punto álgido estos días, ya que hasta el 6 de noviembre cada minuto cuenta. Pero parece como si Romney ya no contara con el respaldo de sus filas para correr los últimos metros y mire a donde mire se acumulan las críticas. Romney puede estar muy cualificado para ocupar la presidencia del país, pero simplemente es un "candidato miserable", se dijo incluso en las filas de su propio equipo de campaña, según publicó el viernes Politico.

"No es un político maravilloso", reconoció un asesor de alto rango de Romney a la revista. El multimillonario no entiende a los electores, solo piensa en cifras y datos y le falta rapidez de respuesta. Solo así puede explicarse cómo puede considerar al 47% de los estadounidenses pedigüeños ingobernables. "El candidato comete a veces errores", reconoció el propio Romney en un esfuerzo de autocrítica. "A veces errores", una expresión que se queda bastante corta en opinión de muchos seguidores decepcionados. Ha dejado el campo libre a Obama, se quejan.

Un rival suave para Obama Además podría haber aprovechado las protestas antiestadounidenses en el mundo árabe para criticar la que consideran la desastrosa política exterior de Estados Unidos. "Pero Romney ha desaprovechado totalmente la ocasión", opinaba Charles Krauthammer, uno de los columnistas más conservadores del país. Y ese es el principal problema de Romney, que en lugar de ir duramente contra Obama, prefiere jugar sobre seguro.

"Uno se pregunta cómo sería Romney al mando si fuera capaz de llevar a cabo una auténtica campaña electoral. Su aversión a atacar más fuerte es sencillamente increíble". Y son raros los conservadores que son capaces de encontrarle algo bueno a Romney. Los miembros del congreso republicano temen que arruine al mismo tiempo sus oportunidades en la campaña electoral para las legislativas y por eso se distancian de él. Y aquel que pudiera aspirar a una candidatura a la Presidencia en 4 años desaparece o se presenta de repente como un observador neutral.

E igual de devastadora es la prensa conservadora al hablar del candidato, que en lugar de atraer la opinión hacia su campo parece claudicar. Romney da la impresión de que no tiene ni idea "de cómo despertar el interés de alguien que no sean los estadounidenses más ricos", señaló la revista National Review, mientras The Weekly Standard tildó al candidato de "tonto y arrogante" por sus comentarios sobre los estadounidenses más pobres. Y The Wall Street Journal se pregunta por qué los líderes del partido no supieron parar los pies a la locura de Romney antes de los comicios. Quizá algunos tienen miedo de ser presentados como perdedores. Es precisamente la prensa más liberal la que intenta dar ánimos al campo de Romney. "Parece que todo está a favor de la reelección de Obama, pero aún no está decidido", comentaba The New York Times.

Además, Romney podría incluso beneficiarse de todos los comentarios oscuros en su contra porque ahora el más pequeño rayo de esperanza bastaría para dar un giro de 180 grados a su campaña. Y la experiencia muestra que a los medios les encanta un comeback.

La campaña Mientras, los contendientes a la presidencia continúan con sus actos electores y de recaudación de fondos con la vista puesta en el primer debate presidencial de hoy en Denver. El presidente estadounidense lleva unos días encerrado con sus asesores para preparar el primer debate televisivo que tendrá lugar en la Universidad de Denver.

Obama ataca a su rival por su insistencia en los recortes de impuestos y la desregulación financiera como únicas recetas para recuperar una senda de crecimiento sostenible. "Piensa que si gastamos otros 5 billones de dólares en recortes de impuestos para los más ricos, nos quitamos de en medio la regulación de Wall Street, todos los problemas serán solucionados, y los empleos y la prosperidad llegarán a todos", indica. Por su parte, Romney carga contra la actual Administración por falta de liderazgo exterior y su insistencia en recortes en el presupuesto de defensa justo cuando Estados Unidos necesita recuperar su "liderazgo".