El último grupo de 102 mineros detenidos tras la masacre en la mina de Marikana, en la que 34 trabajadores murieron por disparos de la Policía durante una huelga, obtuvieron ayer la libertad condicional después de que la Fiscalía retirara los cargos de asesinato contra ellos. Otros 162 mineros obtuvieron la libertad el lunes, mientras que otros seis se encontraban en el hospital cuando se les comunicó su arresto.