BOGOTÁ. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció ayer que en la primera quincena de octubre comenzará en Noruega un proceso de paz con la guerrilla de las FARC con el objetivo de acabar el conflicto armado que azota al país desde hace cinco décadas. Santos dijo en una alocución por radio y televisión que las partes firmaron un acuerdo marco que establece la agenda de conversaciones y que Noruega, Cuba, Venezuela y Chile colaborarán en el proceso, los dos primeros países como sedes del diálogo y los dos últimos como "acompañantes".

El mandatario dijo que el acuerdo marco, que ya fue firmado tras la culminación de una primera fase de exploraciones que duró medio año, tendrá como puntos clave los temas de desarrollo rural, garantías para la oposición, fin del conflicto armado, lucha contra el narcotráfico y derechos de las víctimas. Según el gobernante, que la semana pasada había anunciado que su gobierno había empezado aproximaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), esta vez hay razones para pensar que el proceso puede culminar con éxito, a diferencia de intentos pasados, porque el grupo guerrillero ha actuado con seriedad.

De igual forma, comentó que piensa que la situación es diferente ahora porque el mundo ha cambiado y el proceso tendrá plazos concretos para evitar que se prolongue sin resultados. El gobernante, acompañado en un salón de la Casa de Nariño por su gabinete ministerial y la cúpula de las Fuerzas Armadas, dijo que esta vez no habrá el despeje militar de regiones del país y que los negociadores hablarán en medio del conflicto, pues las partes no han pactado una tregua. Incluso, dirigiéndose a su ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y a los comandantes de las Fuerzas Militares, del Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía, dijo que las autoridades tienen la orden no solo de seguir la ofensiva sino de intensificarla.

Santos hizo énfasis en que su gobierno seguirá tres principios fundamentales para que la negociación concluya con éxito: no cometer los errores del pasado, acabar con el conflicto mediante una negociación política y no ceder "ni un milímetro" en la ofensiva de la fuerza pública. El pacto suscrito por las partes, llamado Acuerdo General para la Terminación del Conflicto, se discutió durante los últimos seis meses en Cuba por parte de representantes del gobierno y las FARC que actuaron "con discreción", según destacó el jefe de Estado. Los contactos entre las partes empezaron ya hace un año y medio. "Se acordaron una agenda y unas reglas de juego de un proceso que debe ser serio, digno, realista y eficaz", dijo Santos, tras señalar que el país está "ante una oportunidad real de terminar de manera definitiva el conflicto".

"Se trata de un camino muy difícil, pero es un camino que debemos explorar", dijo, tras comentar que como jefe de Estado no podía "dejar escapar la oportunidad" de hacer un nuevo intento por la paz. No obstante, el presidente dijo que si las partes consideran que no se avanza en las negociaciones, el proceso irremediablemente llegaría a su fin, pues el objetivo no es protagonizar una conversación sin límites.

Santos dijo que la primera fase de aproximaciones terminó con la firma del acuerdo marco y que ahora sigue una instancia de sesiones de trabajo "reservadas, directas y sin intermediarios" en Cuba, para culminar con una tercera fase en la que se implementará lo acordado. "Debemos reconocer que las FARC han trabajado con seriedad, todo se ha respetado. Si las FARC abordan la siguiente fase con la misma seriedad, tenemos buenas perspectivas", anotó.

El mandatario finalizó su intervención agradeciendo a los gobiernos de Cuba y Noruega, pues aseguró que sin su ayuda no se habría firmado el acuerdo marco, así como a los de Venezuela, "por su permanente disposición", y de Chile, "por haber aceptado apoyar el proceso en la próxima fase".

Las FARC, activas desde 1964, han protagonizado frustrados procesos de paz con los gobiernos de los presidentes Belisario Betancur (1982-1986), César Gaviria (1990-1994) y Andrés Pastrana (1998-2002).

duras críticas de uribe Por su parte, el expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) calificó ayer de "bofetada a la democracia" las negociaciones formales de paz que abrirá el Gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC el próximo octubre en Oslo. Uribe reaccionó con una dura crítica al Gobierno de su sucesor poco después del anuncio de Santos, quien confirmó que se ha alcanzado un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para poner fin al conflicto armado interno que padece el país desde hace casi 50 años. El expresidente se expresó así contrario a que el Gobierno vaya a acceder a "negociar la agenda del país con la guerrilla". "Las posibilidades de éxito están basadas en la negociación con ellos de la agenda del país, y eso sería un mal ejemplo para la democracia", afirmó Uribe en declaraciones a Caracol Televisión.

Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos saludó ayer el "hito" que dijo supone el anuncio del presidente Santos e instó a la guerrilla a "aprovechar la oportunidad" para lograr un acuerdo y "poner fin a décadas de terrorismo y narcotráfico y permitir que los colombianos sigan construyendo una sociedad democrática, próspera y justa". >dpa