Japón comenzó ayer a deportar a los 14 activistas chinos detenidos el pasado miércoles por desembarcar en las disputadas islas Senkaku para reclamar su soberanía, pocas horas después de haber aprobado su envío a China. Las autoridades niponas de Inmigración, que habían considerado la posibilidad de repatriarlos por grupos y a través de diferentes rutas, no ofrecieron información sobre el medio de viaje.
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