El cairo. Las fuerzas políticas dieron la bienvenida ayer a los cambios en la cúpula militar anunciados por el presidente egipcio, Mohamed Mursi, aunque muchos mostraron su recelo ante la concentración de poder que el mandatario pasa a tener. En un giro que sorprendió a todo el país, Mursi remodeló el domingo la cúpula militar con el paso al retiro del ministro de Defensa, Husein Tantaui, y del jefe del Estado Mayor, Sami Anan, al tiempo que anuló las enmiendas constitucionales que reservaban a las Fuerzas Armadas la autoridad legislativa.

Así, el presidente reúne ahora en su persona todo el poder ejecutivo y legislativo, pues el Parlamento fue disuelto por una orden judicial, además de ganar la capacidad de designar a una Asamblea Constituyente si la actual "tiene algún impedimento" para completar sus trabajos, esto es, redactar una nueva Carta Magna. De forma natural, los más entusiastas con los movimientos de Mursi fueron sus antiguos correligionarios en el Partido Libertad y Justicia (PLJ), afín a los Hermanos Musulmanes y que encabezó el presidente hasta su elección en junio.

El actual presidente de la formación, Esam el Arian, señaló que las órdenes del mandatario son "decisiones valientes que ayudarán a conseguir los objetivos de la revolución". En un comunicado difundido en la web de la formación, Arian apuntó que Mursi ha ejercido "su deber soberano", y que sus decretos contribuyeron a "frustrar los complots contrarrevolucionarios", en alusión a las prerrogativas que los militares se habían reservado en las enmiendas constitucionales ahora anuladas. También mostró su apoyo a Mursi el segundo mayor bloque en el disuelto Parlamento, los salafistas de Al Nur.

Según dijo a Efe su portavoz, Mohamed Nur, "las decisiones de Mursi están en el camino correcto, porque, como presidente, ejerce sus poderes normales". "Cuando Mursi fue nombrado presidente, pedimos que tuviera poderes completos y ha respondido a las peticiones del pueblo. No hace falta que la institución militar intervenga ahora en el poder, porque el estado de emergencia se ha acabado y la situación ha vuelto a la normalidad", agregó.

Al hilo de este argumento, Nur alertó de que su partido participará en manifestaciones de apoyo al presidente si es necesario. Mucho menos entusiasta se mostró la portavoz del Partido Socialdemócrata, uno de los que forman la oposición laica, Hala Mustafa, que dijo a Efe que han decidido "no reaccionar ni de forma positiva ni negativa hasta que se aclaren las consecuencias" de los últimos movimientos.

"No queremos adelantarnos, porque tememos que las decisiones de Mursi sean solo en favor de los Hermanos Musulmanes y no para el bien del país", señaló Mustafa. El premio nobel de la Paz Mohamed el Baradei calificó los movimientos como un "paso en la dirección correcta", aunque avisó de los "poderes imperiales" que tiene ahora el presidente.

Por su lado, el Movimiento 6 de Abril, germen de la revolución que acabó con el mandato de Mubarak, no solo felicitó a Mursi por apartar a Tantaui y Anan, sino que pidió que estos sean juzgados por los supuestos crímenes cometidos al frente de la Junta Militar durante la transición. "El asunto del poder legislativo que acumula ahora Mursi se puede discutir, pero el paso a la jubilación de Tantaui y Anan es un paso excelente", dijo a Efe Mahmud Afifi, portavoz del grupo.