Washington. El gobernador republicano del estado de Wisconsin, Scott Walker, sobrevivió ayer por estrecho margen un voto a su destitución tras una férrea contienda que se mostraba muy reñida hasta el cierre de la urnas, según proyecciones de la cadena CNN. Walker, considerado un "héroe" entre los conservadores por sus medidas de austeridad y por privar a la mayoría de los sindicatos de empleados públicos de sus derechos colectivos, logró mantener su puesto frente a su rival demócrata, el alcalde de Milwaukee, Tom Barrett. Con el 26% de los votos escrutados, Walker conseguía el 60% del apoyo de los votantes, frente al 40% que obtenía Barrett, según la CNN.

Barrett ya había disputado el cargo de gobernador de Wisconsin en 2010 y, según los analistas, la votación de ayer podría servir de termómetro de cara a los comicios de noviembre, cuando el presidente Barack Obama intente ganar en el estado como lo hizo en 2008.

el referente republicano Walker se convirtió en una figura polarizante cuando, el 11 de marzo de 2011, promulgó una ley que puso punto final a los derechos de negociación colectiva de los empleados públicos en Wisconsin, como parte de sus esfuerzos por reducir el déficit presupuestario del estado.

La ley, denunciada ante los tribunales, eliminó el derecho de los empleados públicos a negociar colectivamente sus condiciones laborales, excepto las salariales, y redujo las contribuciones estatales a la pensión y al seguro médico de estos trabajadores, con el objetivo de generar 300 millones de dólares en ahorros fiscales.

La medida sacó a las calles a miles de empleados públicos, maestros, estudiantes y ciudadanos en una protesta pacífica que inspiró al movimiento Ocupa Wall Street. Aunque los sindicatos sumaron fuerzas para movilizar a los votantes, al final no pudieron con la ventaja de dinero y organización de los republicanos de todo el país, según observadores. De hecho, la mayoría de los votantes había indicado en encuestas previas que ya habían decidido por quién votarían para comienzos de mayo, cuando los republicanos invirtieron millonarias sumas en anuncios televisivos para apoyar a Walker. La maquinaria demócrata nacional había apostado por una victoria de Barrett en Wisconsin para enviar una señal de que los votantes en ese estado rechazaban las políticas de Walker, y por ende de los republicanos, para resolver los problemas económicos del país. Para los republicanos, la victoria de Walker, aunque exigua, insufla esperanzas a su partido de que el virtual candidato presidencial republicano, Mitt Romney, pueda ganar en Wisconsin en los comicios generales a la presidencia del próximo 6 de noviembre.

Según las encuestas preliminares, los votantes que acudieron ayer a las urnas en Wisconsin son, en general, más conservadores que los que participaron en los comicios de 2008, aunque el estado sigue inclinándose por los demócratas.

La gestión de Scott Walker, apoyado por el movimiento conservador del Tea Party y cuyo mandato termina en 2014, fue sometida a una votación de destitución muy poco usual, después de que sus adversarios recogieran suficientes firmas.

Según los analistas, el político Scott Walker ha logrado permanecer en el puesto debido en parte a que los votantes le dieron el beneficio de la duda por considerar que la ley que promulgó en 2011 no era razón suficiente para su destitución.

Es prácticamente el mensaje que Walker dirigió a los votantes en las últimas semanas. De haber perdido en esta votación, Walker hubiese sido el tercer gobernador en la historia de Estados Unidos en ser destituido del cargo.