Londres. Campanas, trompetas y melodías de la Commonwealth sonaron ayer en una multitudinaria celebración popular por los 60 años del reinado de Isabel II, que llenó de banderas británicas calles, rostros y hasta mascotas en Londres.

Con humor, patriotismo y entusiasmo, más de un millón de británicos se enfrentaron a una temperatura casi invernal y una persistente lluvia, muchos disfrazados con caretas de la familia real, para cantarle el himno nacional Dios salve a la Reina a su octogenaria soberana, símbolo de unidad en un país formado por cuatro naciones: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

"Estamos divirtiéndonos juntos, este es un gran momento para el país, han sido 60 años de estabilidad para el Reino Unido", aseguró Jeff Stone, de 58 años, en una de las fiestas populares más multitudinarias de Londres, en el céntrico Picadilly.

Un joven inglés llamado Matthew explicaba en español que, "estés o no estés de acuerdo con la monarquía, una celebración como la de hoy es algo muy especial que solo ocurre en un país como este, así que estamos muy orgullosos".

Desde pequeñas reuniones vecinales o más de 10.000 fiestas callejeras, a las aglomeraciones en el Támesis por donde desfilaron 1.000 barcos en honor a la reina, el denominador común ayer fue un ambiente festivo en un país que este verano albergará los Juegos Olímpicos.

La celebración supuso un anticipo de las aglomeraciones que se esperan en Londres durante los Juegos, con líneas de metro abarrotadas y centenares de miles de personas moviéndose a pie por la ciudad, entre la lluvia. El Jubileo de Diamantes de Isabel II fue sobre todo una excusa para que los británicos, que no tienen verbenas ni fiestas veraniegas, se diviertan.

Se sumaron a la fiesta familias con niños, adolescentes y hasta perros adornados con banderas británicas, especialmente visibles en las orillas del Támesis, abarrotadas desde varias horas antes de que comenzase el desfile fluvial para ver pasar la barcaza de la Reina.

Había muchos paraguas, botas y chubasqueros de la Union Jack en la zona de Westminster, al borde del río, donde grupos de jóvenes, cerveza en mano, cantaban God Save the Queen y confesaban que su objetivo era "pasarlo bien".

Durante la espectacular procesión de mil barcos por el Támesis, algo nunca visto en 350 años, se dispararon salvas desde cañones en el Puente de la Torre y sonaron trompetas, campanas, música de los 16 países de la Commonwealth de los que Isabel II es jefa de Estado, incluidas melodías de Bollywood, y hasta la banda sonora de James Bond al paso del MI6, sede de los servicios secretos británicos.

Isabel II es, a sus 86 años, la reina más popular que ha tenido el Reino Unido y una figura muy respetada, que con el paso de los años se ha ido ganando más apoyo y cariño de sus ciudadanos.

Criticados hace 20 años por su falta de cercanía con el pueblo cuando murió lady Di, ayer el príncipe Carlos, y Camilla, se presentaron por sorpresa en la fiesta de Picadilly.