Chicago. Los jefes de Estado y Gobierno de la Alianza Atlántica (OTAN) iniciaron ayer domingo en Chicago (Illinois) una cumbre de dos días cuyo objetivo es definir la nueva misión que la organización mantendrá en Afganistán a partir de 2015 y en cómo reformar la Alianza Atlántica ante los problemas presupuestarios que atraviesan los países que la componen.

Ya en su primera jornada, en la que se hicieron llamamientos a la unidad, se dejaron ver las grandes divergencias existentes respecto a la presencia de la OTAN en Afganistán. El recién elegido presidente de Francia, François Hollande, que lleva una semana en el cargo, insistió en su promesa pronunciada durante la campaña electoral de retirar a las tropas francesas destinadas en ese país asiático a finales de 2012, dos años antes de la fecha fijada por la alianza atlántica.

Esta propuesta fue de inmediato rechazada por el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, quien aseguró que no habrá una "retirada precipitada en Afganistán" y que ésta debe ser coordinada. A pesar de la rotundidad de las palabras de Rasmussen, la postura del socialista francés genera gran inquietud en la alianza.

Esta decisión podría producir un efecto contagio y llevar a otras naciones a retirar antes de lo previsto a parte de los 130.000 soldados de la ISAF. Los talibanes, que exigen la retirada de la OTAN, podrían ver en ello una muestra de debilidad de la Alianza y podrían aprovecharlo para volver a atacar al Gobierno.

Rasmussen abrió esta cumbre, a la que asisten delegaciones y líderes de 62 países, con un llamamiento a mantener la unidad de la Alianza, en Afganistán y en cualquier otro reto de seguridad que pueda surgir en el futuro. "Unidos podremos seguir haciendo que la OTAN sea una respuesta creíble a los retos de seguridad del mañana, porque ningún país puede hacerlo por sí solo", afirmó.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, destacó el "compromiso" de la OTAN con la paz y la seguridad, al apelar a la unidad "en estos tiempos difíciles" en los que los socios de la Alianza pueden "hacer mucho juntos". "Los tiempos han cambiado, pero las razones fundamentales para nuestra alianza no", afirmó Obama.

En estos "tiempos difíciles podemos hacer mucho juntos", agregó el mandatario, en la línea de lo expresado minutos antes por el secretario general de la OTAN.

"Vamos a seguir determinados en completar nuestra misión en Afganistán", recalcó Obama, anfitrión de una cumbre cuyos debates tienen lugar a puerta cerrada. Tras reunirse antes de la inauguración de la cumbre con su homólogo afgano, Hamid Karzai, Obama afirmó que hay un "amplio consenso" en la OTAN sobre el plan de transición para Afganistán tras la retirada de las tropas de la Alianza, un proceso que debe culminar a finales de 2014.

Por su parte, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que acudía ayer por primera vez a una reunión de la Alianza Atlántica, fue saludado a su llegada por Obama y Rasmussen.