Chicago. Los líderes de la OTAN comenzaban a llegar ayer a Chicago para una cumbre que quiere definir su papel en Afganistán tras la retirada del grueso de sus fuerzas en 2014 y que busca cómo asegurar la defensa de la alianza entre los fuertes recortes de gasto militar.

Esta cumbre de dos días comienza esta tarde, tras la reunión de jefes de Estado y Gobierno del G8 celebrada ayer en Camp David (Maryland).

El primer día de la cita de Chicago estará centrado en cuestiones internas y verá el lanzamiento de un ambicioso programa para reformar el modo en que los países aliados programan y llevan a cabo las inversiones de Defensa.

Los jefes de Estado y Gobierno aliados sellarán el inicio de una veintena de programas de cooperación en proyectos militares entre grupos de países, con el objetivo de lograr economías de escala y mantener las capacidades de defensa de la Alianza en momentos en que la crisis ha obligado a asumir fuertes recortes de los presupuestos militares de sus países miembros.

La OTAN sitúa al sistema de defensa antimisiles dentro de este marco, y la cumbre proclamará hoy que el programa es operativo en una fase interina.

Esto supone que un satélite, un radar especial y un buque de defensa aérea estarán ya conectados y operativos, aunque la organización no explica cuánto territorio europeo está protegido y advierte que el sistema no estará completado hasta dentro de ocho o diez años.

La defensa antimisiles se ha convertido en los últimos meses en un creciente motivo de fricción entre la OTAN y Rusia, aunque la ausencia del presidente ruso, Vladímir Putin, se debe formalmente a motivos de política interna tras su reciente retorno al cargo.

La jornada de mañana lunes estará centrada en Afganistán, tal vez el tema más importante de la cita de Chicago, en la que se quiere comenzar a marcar el camino de la implicación internacional en ese país a partir de 2015.

La cumbre prevé la creación de una nueva fuerza internacional para 2015, una vez que concluya el proceso de transición por el que las fuerzas de seguridad afganas asumirán las responsabilidad de la seguridad en todo el país para finales de 2015.

La nueva misión no ejercerá tareas de combate, sino que se centrará en la formación y el asesoramiento de las fuerzas afganas. Tampoco está previsto que la OTAN envíe fuerzas especiales para tareas antiterroristas como las que tiene previsto seguir desarrollando EEUU a largo plazo, tal vez con el apoyo de socios como Reino Unido o Australia.

Sin embargo, de Chicago no saldrá el volumen de esa nueva fuerza, un aspecto que se decidirá más adelante en función de la evolución de la situación en el país. Pero sí se avanzará en el proceso de financiación de las fuerzas de seguridad afganas (Ejército y Policía) para el período 2015-2018.

Estados Unidos ha propuesto que los países interesados aporten 4.100 millones de dólares anuales durante ese período, e incluso ha sugerido un reparto nacional del que a España le correspondería pagar 30 millones de dólares anuales.

Si bien algunos países ya han anunciado sus aportaciones en los últimos días (como Australia y Alemania) y otros anunciarán las suyas en Chicago, esta cita no busca cerrar esa financiación.

Esta vigésimo quinta cumbre, la tercera en suelo de EEUU, será "la mayor en la historia de la OTAN", con un total de 60 países y organismos internacionales presentes, enfatizó ayer el secretario general, Anders Fogh Rasmussen.